15.4.08

Jump!

Una con veintidós minutos de la madrugada, temblor trepidatorio de cuatro punto nueve grados con epicentro a cuarenta kilómetros de donde vivo. El movimiento del colchón y el sonido de los vidrios de la ventana junto a mi cama me despertaron, brinqué de inmediato, mi piernas no se movían, estaba parado y dormido y despierto, escuchando el crujido de la estructura de la casa, luego corrí hacia el jardín, cuando llegué afuera el sismo había terminado. Todo pasó en pocos segundos, como son estas cosas.

Me quedé viendo el jardín, todo en relativa paz. Mi corazón latía fuerte. ¡Qué buena es la adrenalina que se dispara por causas naturales! Regresé a la cama, el corazón seguía latiendo fuerte, la duda de no saber si volverá a temblar es normal tenerla, hice una análisis de riesgos y concluí que si volvía a temblar lo mejor será meterme debajo de la cama. Sonreí y volví a quedarme dormido.



Tomado de la falla de Nazca.

2 comentarios:

jotch dijo...

escuché que tu voz me saludaba por allí -posiblemente en algún punto intermedio de la distancia-...

escondido en mi cama -aquí sin amenaza de sismos- envío el saludo de vuelta, esta vez con un beso.

pórtate bien, álvaro.

Gabriela dijo...

Como diria mi mama: Susto Mayúsculo!!.
Oiga, quiero hacerle un comentario sobre atento sound y como no encontré donde ponerlo en el blog del podcast, pues ahí el va. Que sepa usted que aquí lo bajo siempre y se le escucha con harto carino (es importante porque luego uno hace cosas pensando que a nadie llegan). La cuestión es que no sé por qué se bajan con tan poco volumen. LA música aún la escucho bien, pero su linda voz de repente queda muy muy bajita y con el ruido de la calle, el tren, el metro o el chamaco chillando (mentira) imposible saber qué me cuenta. A ver si se puede arreglar.
UN beso grande desde BCN.
Gabriela