25.5.08

Flying pig

Estoy enojado, tranquilo, contenido. Los días son semanas, las rutinas me pierden, no logro llevar el ritmo. Hice mis ejercicios para sacar el estrés pero el estrés sigue ahí adentro. Aquí sigo yo adentro, ¿de qué?, ¿en dónde? Haciendo cosas y no voy a llorar, para eso esta el cine. ¿Dónde es que van los acentos? Tu nombre pendiente. El aire hecho nube que pisa el campo. Duele, todavía duele y no voy a llorar. O Sí. No sé. La fortaleza como todo lo demás es otra cosa. Hay música y cinematógrafos y camiones que te llevan y te traen por las dunas. Estoy más tranquilo, menos enojado, el rush de sentimientos va de bajada. Las drogas que el cuerpo por sí mismo produce. [Respiro profundo, sin prisa]. Ayer hubo excesos en silencio, experimentos fuera del laboratorio sin control. Ayer se hizo otro nudo en la bolsa que lleva dos metáforas directo a la basura. Aquí está la seguridad, mírenla, plantada como una estatua de una diosa griega lista para ser derrocada. No puedo terminar ahora, todavía hay que completar dos o tres desarrollos de ideas. Lento, detenido, rotando. El mundo visto a una distancia casi infinita y cercana, sus vueltas en time laps. Mi única existencia ahí adentro, en Perú ahora, confundida en un bungalow perdido. Esto es lo que pasa por tener un puto blog. Videos corporativos de motivación laboral. La historia completa, sin trucos. Los indicadores de gestión siguiendo tendencias. El Internet a cuenta gotas, el día con doce horas l.a.b.o.r.a.b.l.e.s., el desperdicio, o no, la ganancia. La vuelta de ciento ochenta grados y la parábola de la calidad de vida. El sacrificio que a mí en lo personal me cuestan éstos momentos. Tantos sentimientos en mí, tener que manejarlos, algunos con cuidado, irlos serenando con balances constantes de música y terminas por extrañar. Ya lo dije, no voy a llorar. No quiero, tengo que no querer, me conviene no querer. Saliéndome todavía del círculo. Necesito estar con alguien que me conozca, que sepa quien soy, que me quiera. Ya me están bajando las lágrimas a la garganta. Tengo que llorar, quiero llorar. Está bien, voy a llorar un rato más. Esto tampoco lo tendría que saber nadie pero de algo me tengo que cansar. Sentimental me. Al rato ahí voy a estar de cochino, en el lodo y bañándome luego con esmero. Soy otro animalito de esos que viven por puro instinto, embelesado en el hedonismo de la vida. Algo debo de saber también de andar formulando momentos de bienestar personal en eso del yo con el migo-mismo. Siempre está abierta la decisión de subirle al volumen, ser el dj en tu cama, menos solo, la mac como un aparato-mejor-amigo. La película pirata a un costado, las once y media de la noche, mañana es viernes, todo un viernes bien completo. Por lo general logro entender las cosas, tardo un rato pero las descifro, hago mis propias reliquias. Extraño a mis amigas, con las mujeres se la pasa uno re-bien. Y las mujeres que se ponen a cantar y tocar instrumentos, mamacitas musas. Suficiente. Innecesario pero ya esta escrito. Ni idea de la teoría. La práctica se inventa. La generación espontánea del adiós.



Tomado de donde se toman las cosas que no siempre se está dispuesto a tomar pero se tienen que tomar. Y del verbo asir. Y del adjetivo firmeza.

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