11.5.08

Ni tanta hambre, ni tanto sueño

En lo que puede convertirse un blog es en un canal de comunicación entre dos, luego tres y luego más personas que podrán, incluso usar deliberadamente el medio para decirse y no decirse e intentar decirse sin decirse cosas virtuales, con posibilidad de ser impersonales, objetivas en su posteo, subjetivas como normales. Cero piensos. Un pienso. Ningún pienso válido.

Esto es el resultado de esa modernidad que pasa de moda y luego no pasa, pasa, no pasa...

Todos los piensos de los santos dichos de memoria por un grupo de gacelas humanas, caídas de esposas de Cristo a putas de Satanás, sin insultar a nadie.

La necesidad de crear un correo nuevo, un blog que nadie conozca. La necesidad de no necesitar ver la TV es menor que nuestra necesidad de los gatos. La de inventarse toda la historia, el cuento completo, sabiendo de antemano dónde está el truco.

Los medios que usamos en las estrategias del día con día. Y esa otra necesidad de estar vivos, de andar por ahí rondando los círculos concéntricos de las fiestas alternativas, de la medicina alternativa, de la alternativa de mirar los límites de los conceptos y acampar siempre entre los límites donde se dan los cambios de clima.

Para el norte es sierra, hay bosques inmensos. Para el sur es costa, el cielo es gris entre la neblina, el clima está alrevés y acá nunca va a caer un aguacero, solo la garúa liviana.


Tomado de preguntar si ¿me rendiré a la múisca de los ochenta, tan sonante y constante por acá?

1 comentario:

ah, sí dijo...

Wey, y existen personas que no se mueren en la raya por buscar algo nuevo, que no sienten la necesidad de sentir el viento frío en su rostro mientras escapan de la ciudad de la mano del amor de su vida.

Yo estoy asqueado.