5.5.08

This is not a love song

Los cielos grises del Perú se van haciendo más frecuentes, junto al frío que poco a poco se incrementa, tranquilo, paciente.

If you think you’re lonley now, you just wait until tonight.

Compré el 'Libro de cabecera' de Sei Shonagon, por fin. Y miren, para los que vieron la peli de Greenaway y se quedaron con sed de leer tipografías orientales pero como yo, no tenemos ni idea de cómo leer esos extraños símbolos, aquí les paso esta liga (de la justicia).

Exploré las posibilidades de encerrarme en situaciones placenteras todo el fin de semana, robándole miradas y caricias a alguien que ha decidido regalarlas y a alguien que se ha ido de viaje. Como siempre, la ley de Murphy inquebrantable, la gente que te interesa no está disponible y hay que actuar con cautela, como cazadores furtivos en África sin licencia de portar armas de gran calibre, ni de poco. No sé hasta qué grado voy a ser ese camaleón que cambia de colores a cada rato.

Dormí solo una noche y otra no. A veces el tiempo no es suficiente, pero no importa, porque los minutos expuestos sobre los colchones que acompañan a los extranjeros y sobre los colchones de los hoteles medianamente decentes fueron bien gastados. Sudé tanto que hasta la gripa se me salió por los poros de la piel, y alguien me la fue quitando con la lengua y con la mirada bien clavada en el interior de mi persona. Si alguien puede ver más allá de mis ojos verdes con amarillo y mi carita de niño dizque bueno, más allá de mi cuerpo medio atlético y medio atractivo; y explora adentro de lo que mis cuerdas bucales aciertan a pronunciar, estimuladas por un hipotético cerebro que piensa y luego existe; entonces se producen burbujas bien bonitas, por generación espontánea, en el aire de la habitación donde beso tras beso nos decimos sin palabras que hay una fuerza desconocida que nos jala a unirnos más allá de las ideas que quedan siempre navegando entre los vapores de mis manos sobre tu piel y de mi piel sobre tus manos. Los cuerpos dejan de obedecer a las posturas correctas y normales y se van enroscando en posiciones poco frecuentes que terminan por producir excitación, ese éxtasis mundano, carnal, animal, primario, necesario, estúpidamente inmoral.

Nunca voy a terminar de entender por qué habrá alguien que siempre levantará la vara de la moral lo más alto posible, el respetado estandarte de la fidelidad bajo el cual tendríamos que hacer reverencias hipócritas, para cumplir con la felicidad sólida y reseca, para dejar a la verdadera vida de lado, para poder ir por la sociedad con la mirada bien segura de que nosotros somos esos ejemplos a seguir de virtud incorruptible. ¿Y a dónde irán a parar las pasiones venenosas que tanta energía nos regalan? Porque ese veneno es pura sustancia viva, el veneno mismo de la vida, de la creación de la vida y del hedonismo palpitante que la sociedad reprime y que los excomulgados bien sabemos aprovechar, que nos hace retorcernos en convulsiones sensuales, más normales y humanas que animales y barbáricas.

Yo no sé qué va a pasar. Nadie sabe qué va a pasar. ¿Tú sí? Sólo sabemos que el clima va a cambiar, que la economía va en decadencia, que los imperios nacen, crecen, se expanden, se corrompen y de paso se van a la mierda junto con miles de afectados, que siempre habrá un desbalance social, que el amor se convierte en un concepto implícito y chusco conforme uno crece, que la vida es muy corta, que hay que tener muchas habilidades en varios campos para lograr que las cosas se conviertan en eso que llamamos suerte y darse cuenta con los ojos bien abiertos que la suerte no es suerte, es cualquier otra cosa.

Sé que tengo que leer tanto como pueda, que tengo que hacer dinero. Como si sembrara la tierra para cosechar algo, tengo que sembrar mi tiempo con cálculos que produzcan ahorros y utilidades a las empresas para cosechar algunos dólares y esperar que antes de los cuarenta años pueda irme de viaje dos años seguidos. Tengo que seguir así, aquí, así de esta forma tan extraña, de pretender muchas más cosas de las que realmente son, pero todo esto en medio de sonrisas bien sinceras saliendo de alguna parte de mí hacia todos los músculos de la cara que se tienen que mover para expresar que después de todo soy un seis punto seis por ciento más feliz que ayer y un quince por ciento más feliz que todos, si los números no me fallan.

Y no crean que no pienso en lo que he dejado allá en mi pasado cercado a miles de kilómetros de aquí. No quiero confusiones, no quiero soltar nada, ese es mi problema, que quiero todo y todos sabemos que no se puede tener todo en esta vida. Ahora dudo de qué tan acertada sea mi idea de que basta con ser siempre sincero para que las cosas no se compliquen, porque de nada me está funcionando decir las cosas si las respuestas equitativas no llegan del otro lado. Tengo que dejar de esperar respuestas y hacerme una vida privada para mí mismo de nuevo, tengo que dejar que las cosas pasen y que las culpas se reciclen con lluvias que vayan de ligeras a tempestuosas. ¿Seré lo suficientemente estúpido para creer que tengo amor para todos? Y me sigue costando mucho trabajo escribir la puta palabra amor. Pues esa cosita tan inquietante que llamamos amor no tiene nada que ver con existencias metafísicas, divinas ni colores rosas, ni bondades y comprensiones mutuas. Aquí tengo al amor duro, amor cochino, amor rígido, amor abrupto, amor desechable, amor de quinta y de primera, amor animal, amor vuelto a amar, amor desperdiciado, amor devastado, amor de hormigas, amor frío, amor insalvable, amor enredado, amor desprovisto, amor apestoso, amor incriminado, amor irreversible, amor dado sin esperanzas de que regrese, amor cuantificable, amor teledirigido, amor vendido, amor sellado, amor como el grupo que reúne a todos los desacuerdos del mundo y los deja juntos en un círculo celular que se irá carcomiendo a sí mismo hasta explotar y desintegrarse, para desaparecer por siempre, como la muerte misma.

Las cosas como son, son así.



Tomado de las canciones que el orden aleatorio del itunes propone en mañanas grises de nuevos retos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no puedo dejar de sentir el palpito de mi musculo cardiaco, tratando de salir, de explotar dentro de mi pecho, mi pecho con afiladas claviculas en lo superior y unos bien marcados huesos de la cadera en el inferior,, estoy terriblemente feliz, anormalmente en extasis, incorrectamente pero correctamente amandote,, las almas en las que no crees se estan atrayendo, hagamos que se fundan hasta un tragico y alegre 17,, te tengo muy dentro de mi desde un 2 hasta la eternidad, ya no vas a salir de mi preocupada escencia nunca mas, nunca mas, nunca mas, ahora hay alguien que se preocupa por ti por siempre, por siempre por siempre...