31.7.08

¿Viste?

Están esos lugares que te han platicado hasta que algún día vas y los pisas. Las ciudades del cono sur en invierno y esa particularidad mía de meterme en ellas.

Camino por las calles de un barrio pensando en que debería de estar más informado y estar en otra parte de la ciudad, algo así como ir a tomarme la foto en la plaza de Mayo, pero no tengo cámara y no sé si eso será un problema, creo que no importa, que se joda el feistbuc y las documentaciones visuales, todavía me funciona la memoria.

Seguí caminando por unas calles empedradas con baldosas rectangulares y unas vías para lo que debió de haber sido el tranvía en sus tiempos, llegué a una placita, unos bailarines de tango hacían eso que a mí me parece un baile complicadísimo e interesante de seguir con suma atención. La gente les aplaudió al final y hubo quien hasta gritó bravo. Contra mi norma de no aplaudir, aplaudí también, el tango escapa a esa norma.

Me pongo los audífonos, saco el contrabando y me lo fumo. Llego a un café con wi-fi y me escapo del frío, de nuevo me llega esa idea de que debería de estar recorriendo otros sitios, pero eso tampoco importa, también así se disfruta una ciudad, metido en un café cualesquiera, con los cuentos de Hemingway esperando en la mochila.

Entonces decidí que éste sería un viaje hacia adentro de la ciudad y sus habitantes. Conocí el subte, calles con edificios y árboles sin hojas, algunas plazas importantes, canales donde corre el agua junto a las aceras, un panteón, hasta vi un Gauguin, un Kandinsky (pequeño y muy bonito), un par de Picasso, muchos Gris y muchos Rodin. Conocí a uno del Internet, fuimos a la disco con sus amigos. Conocí a la amiga de una amiga y fui a un bar en un mansión del siglo XIX, caminé mucho, comí bife, empanadas, bebí vino tinto, fui a una milonga y saludé de beso a todos los hombres y mujeres que me presentaron.

Es importante viajar solo. Había olvidado la parte introspectiva que resulta de andar sin rumbo en una ciudad desconocida y tal vez eso era aquello que me incomodaba a hacer este viaje. Lo mejor es perderse un rato por la ciudad, ir encontrando esos rincones por donde no pasan los turistas y entonces sí quedarse con ganas de haber tomado una foto a esas escaleras que suben al puente de piedra que atraviesa las vías del tren. Disfrutar de los graffitis en las paredes y por fin dejar de escuchar cumbias en los bares. Cruzar el puente levadizo con su estructura blanca y tirantes de acero, ver que por más que se camina las calles y avenidas se extienden llenas de edificios. Y mientras todo eso pasa la memoria se van llenando de imágenes, sabores y olores. Adentro de mi persona se acomodan las cosas. Los misterios del futuro parecen más claros, y aunque viajar signifique hacerse más ignorante por un lado y menos ignorante por otro, alguien no puede arrepentirse de haber tomando un avión para ir a espiar unos días ese lugar que ahora ya no se va poder imaginar puesto que ya se conoce.

Las líneas del destino en mi mano se ensanchan, no se si se harán más largas también. Lo justo, si se viene a vivir al sur y se tiene que pasar acá el invierno, es quedarse en el sur para el verano, pues si se regresara al norte se estaría jugando con el bamboleo de los polos y no quiero perseguir al invierno. Que la suerte me demuestre una vez más su bondad para que mi próximo proyecto sea en una ciudad tan interesante como Buenos Aires.

Llego al aeropuerto Ezeiza para regresar al Perú, LAN sobrevendió un vuelo a Sao Paulo, mi vuelo lo programan para salir por la misma puerta que el vuelo sobrevendido y otro más, un tumulto de gente se apiña en dicha puerta. A mí me parece que entre tanto caos y gente deseperada voy a perder mi vuelo, le pregunto a varias personas si van a Lima en mi vuelo y algunos me responden que sí, lo cual me tranquiliza. Los brasileños empiezan a gritar, hay empujones y por un momento me parece que estamos en un carnaval trastocado. Los altoparlantes nos avisan que nuestro vuelo será embarcado por otra puerta y abandonamos el caos y a la Argentina. Me voy con la tranquilidad de saber que tengo asiento de pasillo.



Tomado de los saltos sobre la cordillera de los Andes.

22.7.08

Semi-b

Estoy en un monasterio del realismo ortodoxo, nada de mágico. Me convertí en un hobbit del 2008, con ipod blanca y mac ploma. For example, if today were tomorrow you’d be sited there. Blue lines suena bonito, líneas azules hasta es incómodo de escribir. Blue lines y siento tranquilidad. Líneas azules y es feo.

Al mundo no le importa. Ni al hecho por los hombres ni la hecho por todo el resto de animales y cosas que ahí andan. Lo que implica sentarse frente a una pantalla, peor aún frente una ventanita adentro de la pantalla, donde sucede la acción. Si fuera verano tal vez dormiría en el pasto y si temblara no tendría que levantarme para ir a un lugar seguro. Las cadenas empiezan a hacerse más largas, eso indica que la confianza va en ascenso.

Indland empire en tres días. Prometo solemnemente no escribir en código. Un muro de meses está a punto de caer, el aire del tiempo le hizo huecos, la lluvia que no moja se metió entre su adobe. Allá abajo las placas, el centro movedizo se esfuerza y acá arriba tiembla; son los escalofríos del mundo. Torpezas cometidas, tropezones en los circuitos del cerebro.

Uno más, para que sean cuatro párrafos y no escatimar. No vaya a ser que se me olvide algo… limpiar el vino tinto derramado, recuperar el marcador en los partidos que vengan, decir las cosas de frente, componer una figura, cocinar una pasta, aparentar hablar un par de docenas de frases en francés corriente, ligar en Lisboa, Rarotonga y Barbarela en lucha de aceite, o lodo, mejor.



Tomado de lo que es suficiente.

17.7.08

Burbujas en el intestino

Es un canal, invertebrado. El engaño es la forma en cómo transponer las cosas, los vidrios y vidrios y la negrura, el aire espeso de neblina y el cielo gris entre nosotros. El truco es la tranquilidad. Respirar sin pensarlo. Si las cosas se arman en la cabeza de alguien, por sí solas; es decir, ni siquiera la propia persona sabe lo que su cabeza trama. Ramas de álamos blancos entrelazadas, el nido de mi desconcierto. Hay que divertirnos pero primero hay que ser originales; y la o con la erre, la i, la gé, la i, la ene, la a, la ele, la e y la ese me siguen sabiendo a virgen. Y lo virgen me suena a blanco. Y el blanco es una idea supuestamente perfecta.

Sea pues que mi lívido cero es ampliamente imperfecto en el campo de las suposiciones. Lo sé, suena a Houellebecq. Se supone que todo mundo ha leído a Houellebecq o sino fuera de aquí, a divertirse a otro lado. Váyanse a las ramas gordas a que los soporten. A repetirse a sí mismos lo que deberían de saber, porque ustedes mismos han coleccionado esas ideas, y no saben. Inhalo, exhalo. Respiro tranquilo. No hay engaños, hemos vuelto; a través de las nubes frente a los caballos. Es una columna, vertebrada.


Tomado de las equidistancias, las consonantes y los cromosomas.

16.7.08

Dondante

in a dream i saw you walkin
like a kid alive and talkin, that was you.
in the classroom you were teachin'
on the streets you were policing, that was you.
to the one i now know most
i will tell them of your ghost like a thing
that never, ever was.

and all that ever mattered will some day turn back to batter like a joke.
behind thin walls you hid your feelins
take four legs to make a ceilin like a thing.
in a dream i saw you walkin
with your friends alive and talking, that was you.

well i saw it in your movement
and even though you never knew it
well, i knew, just how sweet it could be
if you'd never left these streets.

you had me worried! so worried
that this would last
but now i'm learning
learning that this will pass


Tomado de My morning jacket.

Es así

Es como cuando hay ganas de salir a caminar, pero ¿a dónde? Entonces, sin planearlo, se sale a seguir el camino de los propios pasos. A gastar el tiempo y las calorías. Las calles están sucias, las esquinas huelen a orines, hay un perro muerto a un costado del camino, el sol cerca del horizonte ardiendo en lo que pareciera ser una eternidad. Dicen que en esta dirección se llega al mar y se recorren cuarenta y cuatro minutos, sin sudar, sin llegar al mar. Lo importante es llenar al tiempo de pasos. En este recorrido no habrá sorpresas ni gente similar. Se va sabiendo que hay un punto en el que se tendrá que dar media vuelta, lo mismo pasa con cualquier cuerda, se pueden juntar sus extremos y doblarla exactamente por la mitad.

El estómago se infla y se desinfla. No hay interés suficiente en mis historias, tan es así que hasta yo mismo me aburro. También me incomodan los teléfonos que suenan junto a personas que no están dispuestas a contestarlos. Es lo mismo, casi siempre, los climas deteriorándose y la gente como si nada, haciendo música de paz y amor. Es mi mirada desconcentrada. La angustia de estar esperando al ángel exterminador. Los altoparlantes chiflan. El concepto muerto que todos tenemos en vida y la vida que recuperaremos al morir.

Es así, como un no o un sí. Baratijas puestas en letras. Pasos entre el polvo y los perros vivos amarrados que ladran al paso de la gente que como yo se pone a caminar. Veo personas desplazándose, llevan la intención de ir a un lugar o regresar a otro. ¿Tengo esperanzas de partir del punto A para llegar al B? B de bueno, de ven, de bolsa de viaje sin mucho escombro adentro. El problema no es ir o venir, sino lo que en esa actividad se llevan las personas consigo y es así cómo todo va cambiando de sitio. Es así cómo se pierden los objetos para ya nunca ser recuperados.

El estado de absoluto reposo, ¿existe?

En dos dimensiones todo parece ser más fácil.

Es la noche con luz de luna ayudando a los insectos nocturnos a encontrar su comida.

El fidecomiso de muchos bienes y activos de poca monta, el levantamiento del inventario de ideas perpetuas. Así, sin verbos tiranos.

En un abrir y cerrar de ojos un calvado al mar desde el risco. Así, sólo imaginando todo lo que se escribe, sin comprobar su aplicación en este mundo.

Es la comida que no se quiere desperdiciar, es todo lo que se intenta ahorrar, es la inversión que se hace y se pierde, es la calamidad que nos observa ebria, es la falsa sordera que se impone con el uso de los audífonos. Son las palabras compuestas de los restos de otras palabras, extraídas de lenguas muertas; es la cultura lavada, pulida y encerada lista para que la compre el mejor postor.



Tomado de las luces intermitentes en mi cabeza.

14.7.08

Una gallina

Era una gallina de domingo. Todavía vivía porque no pasaba de las nueve de la mañana. Parecía calma. Desde el sábado se había encogido en un rincón de la cocina. No miraba a nadie, nadie la miraba a ella. Aun cuando la eligieron, palpando su intimidad con indiferencia, no supieron decir si era gorda o flaca. Nunca se adivinaría en ella un anhelo.

Por eso fue una sorpresa cuando la vieron abrir las alas de vuelo corto, hinchar el pecho y, en dos o tres intentos, alcanzar el muro de la terraza. Todavía vaciló un instante -el tiempo para que la cocinera diera un grito- y en breve estaba en la terraza del vecino, de donde, en otro vuelo desordenado, alcanzó un tejado. Allí quedó como un adorno mal colocado, dudando ora en uno, ora en otro pie. La familia fue llamada con urgencia y consternada vio el almuerzo junto a una chimenea. El dueño de la casa, recordando la doble necesidad de hacer esporádicamente algún deporte y almorzar, vistió radiante un traje de baño y decidió seguir el itinerario de la gallina: con saltos cautelosos alcanzó el tejado donde ésta, vacilante y trémula, escogía con premura otro rumbo. La persecución se tornó más intensa. De tejado en tejado recorrió más de una manzana de la calle. Poca afecta a una lucha más salvaje por la vida, la gallina debía decidir por sí misma los caminos a tomar, sin ningún auxilio de su raza. El muchacho, sin embargo, era un cazador adormecido. Y por ínfima que fuese la presa había sonado para él el grito de conquista.

Sola en el mundo, sin padre ni madre, ella corría, respiraba agitada, muda, concentrada. A veces, en la fuga, sobrevolaba ansiosa un mundo de tejados y mientras el chico trepaba a otros dificultosamente, ella tenía tiempo de recuperarse por un momento. ¡Y entonces parecía tan libre!

Estúpida, tímida y libre. No victoriosa como sería un gallo en fuga. ¿Qué es lo que había en sus vísceras para hacer de ella un ser? La gallina es un ser. Aunque es cierto que no se podría contar con ella para nada. Ni ella misma contaba consigo, de la manera en que el gallo cree en su cresta. Su única ventaja era que había tantas gallinas, que aunque muriera una surgiría en ese mismo instante otra tan igual como si fuese ella misma.

Finalmente, una de las veces que se detuvo para gozar su fuga, el muchacho la alcanzó. Entre gritos y plumas fue apresada. Y enseguida cargada en triunfo por un ala a través de las tejas, y depositada en el piso de la cocina con cierta violencia. Todavía atontada, se sacudió un poco, entre cacareos roncos e indecisos.

Fue entonces cuando sucedió. De puros nervios la gallina puso un huevo. Sorprendida, exhausta. Quizás fue prematuro. Pero después que naciera a la maternidad parecía una vieja madre acostumbrada a ella. Sentada sobre el huevo, respiraba mientras abría y cerraba los ojos. Su corazón tan pequeño en un plato, ahora elevaba y bajaba las plumas, llenando de tibieza aquello que nunca podría ser un huevo. Solamente la niña estaba cerca y observaba todo, aterrorizada. Apenas consiguió desprenderse del acontecimiento, se despegó del suelo y escapó a los gritos:

-¡Mamá, mamá, no mates a la gallina, puso un huevo!, ¡ella quiere nuestro bien!

Todos corrieron de nuevo a la cocina y enmudecidos rodearon a la joven parturienta. Entibiando a su hijo, ella no estaba ni suave ni arisca, ni alegre ni triste, no era nada, solamente una gallina. Lo que no sugería ningún sentimiento especial. El padre, la madre, la hija, hacía ya bastante tiempo que la miraban sin experimentar ningún sentimiento determinado. Nunca nadie acarició la cabeza de la gallina. El padre, por fin, decidió con cierta brusquedad:

-¡Si mandas matar a esta gallina, nunca más volveré a comer gallina en mi vida!

-¡Y yo tampoco -juró la niña con ardor.

La madre, cansada, se encogió de hombros.

Inconsciente de la vida que le fue entregada, la gallina empezó a vivir con la familia. La niña, de regreso del colegio, arrojaba el portafolios lejos sin interrumpir sus carreras hacia la cocina. El padre todavía recordaba de vez en cuando: ¡"Y pensar que yo la obligué a correr en ese estado!" La gallina se transformó en la dueña de la casa. Todos, menos ella, lo sabían. Continuó su existencia entre la cocina y los muros de la casa, usando de sus dos capacidades: la apatía y el sobresalto.

Pero cuando todos estaban quietos en la casa y parecían haberla olvidado, se llenaba de un pequeño valor, restos de la gran fuga, y circulaba por los ladrillos, levantando el cuerpo por detrás de la cabeza pausadamente, como en un campo, aunque la pequeña cabeza la traicionara: moviéndose ya rápida y vibrátil, con el viejo susto de su especie mecanizado.

Una que otra vez, al final más raramente, la gallina recordaba que se había recortado contra el aire al borde del tejado, pronta a renunciar. En esos momentos llenaba los pulmones con el aire impuro de la cocina y, si se les hubiese dado cantar a las hembras, ella, si bien no cantaría, cuando menos quedaría más contenta. Aunque ni siquiera en esos instantes la expresión de su vacía cabeza se alteraba. En la fuga, en el descanso, cuando dio a luz, o mordisqueando maíz, la suya continuaba siendo una cabeza de gallina, la misma que fuera desdeñada en los comienzos de los siglos.

Hasta que un día la mataron, se la comieron y pasaron los años.


Tomado de los cuentos de Clarice Lispector.

11.7.08

Luna

Todo el camino de regreso a casa
Te voy diciendo que tengo al sol
Aumentando atrás de mi hombro
Otro día empieza
Estaba siguiendo un camino
Que nunca había recorrido antes
Persiguiendo los cielos oscuros sobre mí
Viéndome como el verano
Como el invierno
Y la mañana

Si hay un lugar al que quiero ir
Entonces estaré ahí contigo
Porque en mis sueños las cosas
Que deseo
Siguen haciéndose realidad
Ahora un nuevo día llega
Limpia la oscuridad fuera de la vista
Y las sombras que estaban dormidas
Vienen y bailan junto a la luz
Y trato de esconderme
Manteniendo al sol fuera de mis ojos
Los cierro con fuerza
Y ahora estoy esperando a que la luna se levante

No trates de decirme
Que esto nunca debió de ser
Porque los días son largos de donde vengo
Los próximos días estoy libre
Hay un tren que quiero tomar
Pero no me iré de aquí por un rato
Hasta que la oscuridad cubra el cielo del este
Y las luces de la calle se estiren por millas
A través de la primavera
Y el invierno y la mañana


Tomado del álbum Cruza tus brazos niño, pareces un campesino de Belle & Sebastian.

8.7.08

Galardones



Frente al desfiladero que cae a las playas pedregosas de Lima existe una plaza recreativa con la escultura de una pareja besándose. El y ella se encuentran acostados en el piso, con los pies apuntado en dirección opuesta, abrazados dándose un beso en la boca, ahí figúrense la postura. El otro día disfrutaba del Libro de la almohada de la cortesana Sei Shonagon, del cual ya he posteado un par de cosas, y del cual reitero el placer que brota al leer preciosismos tan delicados; estando sentado en dicha plaza, frente a la escultura, llegó un camión con extranjeros los cuales bajaron en manada a observar la vistas desde dicha plaza, sabrá dios de que parte del mundo eran, no logré adivinarlo dada su extraña lengua, pero podrían ser europeos del centro, en fin, a una pareja de dichos turistas se le ocurrió ponerse frente a la escultura, arremedándola se acomodaron en la forma antes explicada para darse un beso y obviamente alguien de sus compañeros les tomara una foto; la idea gustó y hubo un desfile de parejas a darse besos en el piso, entrelazados. Al final de la ronda, como de unas 8 parejas, un público estaba reunido alrededor de la plaza y hasta hubo aplausos. Creo que me emocioné yo también, aunque no aplaudí. Mi emoción fue fruto de andar leyendo a la tal Sei esa. No se todavía si recomendar este libro o no, creo que primero tendré que indagar si la persona a la cual quiero recomendarlo es susceptible a lo hermoso y paciente para contextualizarse en un mundo de Altos Nobles nipones de hace mil años. En lo personal soy bien cursi e hipersusceptible a lo hermoso, así que el Pillow Book esta pintado para gente que como yo podemos encontrarle gracia a imaginarnos una rama de cerezo en flor adornado el carruaje de las damas.

En otra ocasión acababa de fumarme el troncho habitual del fin de semana y me fui a caminar por ahí, en Lima. Iba rumbo a la Avenida Larco cuando desde lo lejos vi que la gente hacía un muro humano en el filo de la acera. Algo estaba pasando, obvio, así que me apresuré hasta unir mi cuerpo a ese muro de cuerpos para ver desfilar ante nosotros a cientos de niños, adolescentes y jóvenes en sus patinetas, fueron varios minutos de ver pasar a esas personas en sus tablas a cuatro ruedas, los que parecían ser los organizadores iban con cámaras de video documentando el evento. Fue entretenido y aunque suene ñoño a mí esas cosas me gustan por la simple razón de que son cosas que no siempre pasan.

Fui a la Ciudad de México a renovar mi visa peruana en el consulado general del Perú en el DF. El trámite es de lo más sencillo. Llegué de Lima a la T2 del aeropuerto, le entregué la maleta al papá de unos de mis compañeros de trabajo que mandó un cargamento de cosas que ya no usa, me metí al metro para salir en Polanco después de dos largas conexiones de mucho caminar y 3 líneas. Hice el trámite, se quedaron con mi pasaporte. Yendo de regreso al metro precisamente iba pensando en que sería raro encontrarme a alguien en Polanco, pues viví en esa colonia durante un año, cuando corría el 2003 de la era de nuestro señor (¿cuál señor?, quisiera yo saber). Iba con mis audífonos, después de haberme zampado unas quesadillas de cuitlacoche y flor de calabaza, cuando una señora llega y me toca 3 veces seguidas con su dedo índice en la espalda, volteo, me quito los audífonos, la señora me dice ‘Hola’ y yo en automático le digo ‘No gracias, tengo prisa’ pensando en que me quería vender algo, ya ven que en el DF te veden hasta las amalgamas de tu abuelita, la señora añade ‘soy tía de Juan, la mamá de Jimena’ y con esos datos llegó la iluminación. Nos fuimos juntos al metro, cambiamos juntos a la otra línea y después se fue. Que así mismo pasara cuando uno piensa que qué bueno sería encontrarse un montón de dinero por ahí abandonado.

Ahora quisiera bajar la guardia y saber que habrá alguien dispuesto a cuidarme aunque sólo sea por unas horas.

Sigo tratando de invertir la pobreza, el clima, los ánimos, el sueño.

¿Alguna vez has pensado en todo lo que existe en este momento alrededor de todo el mundo? El mar golpeando contra las rocas, los caños apestosos, una presa y un cazador, edificios llenos de personas con sus cosas en desorden, montañas boscosas, violines en vitrinas, cangrejos rojos, hojas cayendo, escarabajos en África, nubes, dinero perdido, cuervos inteligentes, armas escondidas, niños jugando, ruinas visitadas, adultos en aviones, pláticas banales, glúteos duros y alguien intentando alargar conceptos como la nada con resultados casi sorprendes, pero sin posibilidad de mostrárselos a nadie.


Tomado de las distinciones públicas y las disertaciones privatizadas.

4.7.08

Aléjate de los problemas

I walked around for hours,
two ten pence pieces in my hand.
I was alone and freezing,
still trying hard to understand you.
I left the others knowing
I had to work this by myself.
But now the feeling's growing,
I would be better off with their help.
So baby, what we've got has lately,
not been enough.
I wish I had your scarf still,
that once embraced,
and kept me warm.
I wish you could be with me,
in these last days when I am still hopelessly poor.
Stay out of trouble,
stay in touch.
Try not to think about me too much.


Tomado de los Reyes de la conveniencia.

Sujeto

Ni Julio Iglesias ni su hijo. Otra vez de tres saltos en tres nos vamos a ir. Parásitos de felicidad que ni parásitos son. Horas y horas sin entenderme. Yo: el todo desenterrado. We’re the arctic monkeys.

Mi yo contra todos los egos, que hasta cuantificables son. El Messenger, el Internet, el firefox, el Chat, los blogs, los blogs con antigüedad, las búsquedas binarias y todo lo que se espera de ahí. El precio justo del pan, del agua, del huevo, del chocolate suizo, del mezcal. It’s all in my mind.

El desfiladero de mis pensamientos. El hemisferio sur. Los caminos del Inca. La pachamanca.


Tomado de algún lugar.

2.7.08

Sueño sucio número dos

Tengo suerte, puedo abrir la puerta y caminar la calle
Sin suerte, no tengo a donde ir así que sigo a mis pies

Una opción esta frente a ti, una saludable dosis de dolor
Una opción esta frente a ti mientras miras a través de la lluvia
Una opción esta frente a ti pero decido detenerme por ahora
Mañana estaremos en problemas de nuevo

Sueño uno, te la pasaste muy bien con un comediante
Deja de detenerte de ir hasta el final, tenrás que hacerlo algún día

¿Por qué te esta pasando esto?, no eres un niño
¿Por qué te esta pasando esto?, tienes muchas cosas en tu mente
Las cosas te van llegando cuando te duermes rápido
Estas durmiendo, tienes sueño
Estas pegado a las sábanas

En un pueblo tan pequeño no hay escape a ti
En un pueblo tan pequeño no hay escape de la vista
En un pueblo tan pequeño no hay nada más que hacer

Sueño dos, no podías ver su cara pero viste todo lo demás
Sueño dos fue muy especial, golpes fáciles queriéndote

¿Podrías ponerle un nombre a la vista de cualquier otro?
¿Podrías ponerle una cara a los ojos de cualquier otro?
¿Es alguien a quien posiblemente reconoces?
Pero todo se esfuma en la mañana cuando abres tus ojos


Tomado del álbum El chico con el cinto árabe de Belle & Sebastian.