No, no vamos a tratar los temas obvios. Los termómetros de sus cajas, a la zona de aplicación y a las cajas de nuevo, sin pasar ante los ojos de nadie. Las confesiones se van a quedar en la parte implícita del cuento. En esta casa cruje el piso.
Pero vamos a poder hablar del truco del tiempo, que hace que las cosas se proyecten hacia un fin. La superación personal puesta en marcha. 30 días por vivir en el futuro que después se van a perder en los sótanos de mi memoria. Los plazos tienen que ser más cortos. La ciencia lo explica todo.
Que nos tocara vivir el fin del mundo, ¿no sería histórico? Llegar al último día del montón de días esperando suceder, apoyados sobre el recurso de ser irrepetibles. Hasta nos hacemos ilusiones de que existen cosas nuevas.
Tomado del desfase.
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