22.9.08

No time, make or reason

Veo el final de Billy Elliot y me dan ganas de llorar, como cuando la vi por primer vez y las que siguieron. No sé qué tiene esa movie que me dan ganas de llorar, bueno sí sé, pero no pienso exponer mis proyecciones aquí así nomás, no hoy, no ahora; ni que fueran agua de lima en venta.

Siento que tengo cosas qué decir y a la hora de la hora no me sale nada. El gusano se queda en mi interior, se retuerce, lo siento, es un poco incómodo y quisiera poder sacarlo por medio de estas cosas que escribo, pero no sale nada. No es que me haga pendejo. El gusano no sale porque no quiero exponer aquí mis proyecciones así nomás, no hoy, no ahora.

Hago planes para invertir mi tiempo libre en cosas fructíferas pero mi fuerza de voluntad se ha debilitado y no hago gran cosa. Extrañamente el sentimiento de frustración no me llega, ha de andar rondando mis huellas sin poderme alcanzar. No hay mediocridad en dormir hasta que el sol alcance su cenit si se tienen algunos dineros adormecidos en el banco. No existe la autocrítica en cuestiones meramente personales, todo lo que hacemos está por ende bien. No hago las cosas que quiero hacer y punto, es una declaración de mis propios derechos humanos que hago ahora mismo y que se jodan los desbordantes de ímpetu y movilidad.

Guardo a mi moral en un relicario de madera con ventanitas por todos sus lados, qué tranquila se le ve ahí, sentadita con vestidos de seda blanca. Hasta parece una cosa pura. ¿Cuándo la soltaré de nuevo para que saque sus dientes, me muerda sin descanso y me haga sangrar? En mi mundo las cosas que incomodan se van metiendo de una en una en relicarios antiguos y se les deja de adornos en lugares donde la visita nunca voltearía, y si lo hace, pues que se busque a alguien para que le cure el espanto.

Hoy no voy a violentar mi cuerpo, fui a correr al bosque cercado y por un momento la gran cantidad de disconformidades y demás jalones que conforman mi pequeña realidad se ajustó hasta caber en un nicho de perfección tan forzado y fantástico que sé que pronto todas esas cabriolas obscuras saldrán de nuevo para moverse a mi alrededor y sé también que soy lo suficiente tonto para confundirme de nuevo, haré uso de la magia blanca y adentro de una esfera permeable voy a crear tantos mundos paralelos como sean necesarios, todos para mí. No me importa dividirme si con eso voy a divertirme. La felicidad escasea y pienso que no estoy para desperdiciarla por quedar bien con el destino ni con nadie, el egoísmo es sano. Veo muros de responsabilidades caer y cuando descubro que tras ellos hay jardines con gotas de lluvia engalanando la función me importan todavía menos  los escombros.



Tomado de las proyecciones que salen así nomás.

1 comentario:

ah, sí dijo...

Por mientras, guarda tu autodestrucción en una cajita de cristal, al lado de tu moral. No dejes que se evaporen.

Güey, comparto totalmente el placer de dormir por la mañana; por la noche me visitan duendes que exigen mi lunch para no molestarme. Algo así, como la amable solicitud de pizzo por la mafia. Lo siento, me lo he comido todo.