Me duele la cabeza, es lo justo cuando se regresa al uso de la diversión garantizada.
Tengo que balancear el estruendo que hace el vaivén de mi pasado con mi futuro. El presente siempre prisionero del momento, ahora, sí, ahora, sí, ahora y otro ahora y otro.
Las decisiones saliendo de aquí, de mi territorio como siempre, poniendo atención y antelación por los dos. No me molesta en lo absoluto, al contrario, es el hueco de rata por donde me escabullo a una sala donde la química afina una noche de conversaciones sin puntos de partida ni puntos de llegada, palabras dichas sin rumbos, bailes en la intimidad con mi música favorita que nadie vio.
Estoy instaurando del reino del ego central, el plan de hacer centro, la empresa que lleva a la reconquista de ir siempre por encima de la situación, la estrategia de poder contar conmigo, el albur de cancelar los placeres de la carne, la bienvenida a la resaca amortiguada, el adiós implícito pero nunca definitivo, el forcejeo del mejor sentimiento que he tenido al no quererse introducir en su relicario.
Pero la vida es así, no hagamos drama. Nadie se va a morir y todos nos vamos a morir, ¿no?
No sé qué hacer todavía con el desierto deshabitado todo para mí.
Tomado de hacer palanca.
1 comentario:
la última vez que escuché lo de la palanca fue de boca de cj....
aun cj.
ya casi se va, espero.
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