2.12.08

Slow and low

Las causas del hundimiento nunca fueron resueltas, no era lógico que se hubiera precipitado hacia el fondo si había estado masticando corcho toda la noche. Llegó el detective, pausadamente fue haciéndonos preguntas a los que le habíamos visto en las últimas horas antes del hundimiento. Nadie sabía nada, no había pistas, no había rastros, no había un cuerpo hecho trapo, no había nada por encima de la seguridad de que se había hundido. Todos lo sabíamos como por dogma de fe. Había algunos que estaban preocupados, otros querían saber las causas, la mayoría estábamos ahí sólo por curiosidad. A lo lejos un gato lloraba.

Allá abajo había un mundo perfecto con museos gigantescos y pocas madres ciegas, trenes que de tan limpios brillaban, impresionantes ríos en medio de la ciudad, parques boscosos, niños corriendo y en bicicletas, un solo idioma. Allá abajo las ideas encajaban perfectamente entre sí, las cosas formaban una congruencia que de estar acá arriba estaríamos espantados.


Tomado de los sueños.

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