17.12.09

Música del 2009

Los 12 mejores discos del 2009, en mi pequeña opinión, son:

1. Begone dull care - Junior boys
2. xx - The xx
3. Still night still light - Au revoir Simone
4. Under the pavement the beach - Deportees
5. A strange arrangement - Mayer Hawthorne
6. Real control - Moneybrother
7. The phenomenal handclap band - The phenomenal handclap band
8. Eats darkness - Apostle of hustle
9. Real life is no cool - Lindstrøm & Christabelle
10. Yesterday and today - The field
11. Tarot sport - Fuck buttons
12. Love comes close - Cold cave

16.11.09

Actuar en distancia

Actio in distans. Sobre los modos de formación teleracional del mundo.
por Peter Sloterdijk.


Hay que llamar la atención sobre un engaño omnipresente: mis pensamientos son invisibles para los demás; mi cabeza es una caja fuerte llena de imaginaciones y sueños, que yacen sellados en mí; mis reflexiones dan para un libro que nadie más, excepto yo, puede leer desde afuera; mis ideas y conocimientos me pertenecen exclusivamente, transparentes para mí, impenetrables para los demás y todo esto hasta un grado en el que tal vez ni siquiera bajo tortura sería capaz de compartir con los demás lo que yo sé: este síndrome de representaciones sobre el ocultamiento de pensamientos en el sujeto pensante, cobró importancia en la historia contemporánea de la ilusión privada que nunca debe ser subestimada.

"Durante la mayor parte de la evolución, casi la totalidad de lo que cada persona pensaba y sentía era en tal grado transparente para su entorno, que se asumía como si fueran vivencias propias. La imaginación de las representaciones privadas (que deberían ser transmitidas mediante formulaciones explícitas) no tenía apoyo en la experiencia o en el concepto espacial social: aún no había para cada uno celdas o apartamentos, ni en las arquitecturas imaginarias, ni en las arquitecturas físicas de la sociedad.

"En grupos pequeños, que viven bajo la ley de la mutualidad, el quehacer del uno es el quehacer del otro; también los pensamientos de unos son generalmente los pensamientos del otro. En un mundo así de permeable, la accesibilidad de los otros en situaciones estándar no suscita problemas. Telecomunicadores y mediamáticos literalmente no tendrían nada que hacer, porque las antiguas hordas humanas eran en sí mismas asociaciones mediamáticas puras.

"Esto es también válido para las arcaicas "culturas de la vergüenza", en las que a cada uno le habría gustado volver invisible su interior, porque sufrían bajo la exposición extrema de sus afectos ante la sensibilidad de los demás. El poderoso afecto de la vergüenza es en sí mismo sólo un sedimento evolutivo de la imposibilidad de ocultar el interior ante la sensibilidad de los otros. Los pensamientos privados aparecen desde el punto de vista paleo-psicológico como un absurdo completo. La idea de que existe un interior protegido en el cual el individuo puede cerrar la puerta tras de sí y logra expresarse y reflexionar a sí mismo, no aparece antes del primer giro individualista propio de la Antigüedad. Sus publicistas fueron los hombres, conocidos primero con el nombre de sabios y luego como filósofos, antecesores de los intelectuales modernos y del single posmoderno. Ellos, los inventores del apartheid psicológico de lo individual, dieron una nitidez revolucionaria a la idea de que el pensamiento verdadero sólo es posible como un pensar propio y distinto-al-tonto-pensar-de-las-multitudes. De sus impulsos se deduce el efectivo y amplio modelo-de-la-clausura-en-la-cabeza, cuya perspicacia política se conoce: los pensamientos son libres, nadie los puede adivinar.

"Esta fórmula del liberalismo alemán del siglo XIX significa, en consecuencia, que tan sólo los pensadores de pensamientos nuevos e inesperados son invisibles para los celadores de los pensamientos convencionales. En el mundo de los pensamientos nuevos, el axioma de que los pensamientos del uno también son los pensamientos del otro, pierde cada vez más validez: lo que yo mismo no pienso y nunca he pensado no puedo adivinarlo en los demás. En sociedades diferenciadas, otras personas tienen en efecto otros pensamientos en la cabeza. Y por eso mismo, en esta clase de sistemas se infla la telecomunicación: ésta expresa el nuevo contenido, en el sentido de que la transferencia de pensamientos entre extraños ya no es posible en la forma de la empatía participativa, sino mediante comunicaciones explícitas que superan las distancias y por las que los participantes pagan altos precios a partir del uso de los sistemas de símbolos –sólo hay que pensar en los enormes costos de la alfabetización inicial–, costos que hoy en día todos tratan de reprimir, porque ya han sido socializados en un cien por ciento. (Si el alfabeto fuera tan caro como una red telefónica, se ahorraría decididamente en las palabras escritas).

"En sociedades diferenciadas, con distintos trabajos y pensamientos, son los psicoterapeutas los encargados del entretenimiento y los proveedores de redes los que se deben ocupar de que los individuos no caigan demasiado profundo en la privacidad patológica de sus pensamientos y sentimientos. Sólo hay que recordar que lo privado patológico fue pensado, desde 1900, como lo inconsciente. Eso era hasta un cierto punto plausible, mientras que se pudiera explicar que algunas categorías de lo inconsciente se crean mediante las transferencias de pensamientos de un emisor a un receptor, en las que el sujeto del receptor queda excluido, de tal manera que el individuo no sabe lo que le fue transferido. En este sentido, el concepto de lo inconsciente correspondía a la modernización de la obsesión y la psicoterapia al exorcismo de lo moderno".


Tomado de un mail que me mandó mi hermano.

1.9.09

Clarice Lispector

Fragmento de: Aprendizaje o El libro de los placeres.
Yo podría tenerte con mi cuerpo y con mi alma. Esperaré aunque sea años a que tú también tengas cuerpo-alma para amar, mira a todos a tu alrededor y ve lo que hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada día. No hemos amado por encima de todas las cosas. No hemos aceptado lo que no se entiende porque no queremos pasar por tontos. No tenemos ninguna alegría que no haya sido catalogada, hemos tratado de salvarnos, pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes, hemos disfrazado con el pequeño miedo el gran miedo mayor y por eso nunca hablamos de lo que realmente importa, hemos sonreído en público de lo que no sonreiríamos cuando nos quedásemos solos. Nos hemos temido el uno al otro, por encima de todo, pero yo escapé de eso, Lori, escapé con la ferocidad con que se escapa de la peste, Lori, y esperaré hasta que tú estés más preparada.

Fragmento de: Felicidad clandestina.
¿Cómo contar lo que siguió? Yo estaba atontada y fue así como recibí el libro en la mano. Creo que no dije nada. Cogí el libro. No, no partí saltando como siempre. Me fui caminando muy despacio. Sé que sostenía el grueso libro con las dos manos, apretándolo contra el pecho. Poco importa también cuánto tardé en llegar a casa. Tenía el pecho caliente, el corazón pensativo. Al llegar a casa no empecé a leer. Simulaba que no lo tenía, únicamente para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas más tarde lo abrí, leí unas líneas maravillosas, volví a cerrarlo, me fui a pasear por la casa, lo postergué más aún yendo a comer pan con mantequilla, fingí no saber dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por unos instantes. Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad. Para mí la felicidad siempre habría de ser clandestina. Era como si yo lo presintiera. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... había en mí orgullo y pudor. Yo era una reina delicada. A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo.

Fragmento de: La pasión según G. H.
La cucaracha con la materia blanca me miraba. No sé si me veía. No sé lo que ve una cucaracha. Pero ella y yo nos mirábamos y tampoco sé lo que una mujer ve. Pero si sus ojos no me veían su existencia me existía - en el mundo primario donde yo había entrado, los seres existen a los otros como forma de verse. Y en ese mundo que yo estaba conociendo, hay varias formas que significan ver: uno mira al otro sin verlo, uno posee al otro, uno come al otro, uno está sólo en un rincón y el otro está allí también: todo eso también significa ver. La cucaracha no me miraba con los ojos sino con el cuerpo.
(...)
Lo que yo veía era la vida mirándome. Cómo llamar de otro modo a aquello horrible y crudo, materia prima y plasma seco, que estaba allí, mientras yo retrocedía hacia dentro de mí en naúsea seca, yo cayendo siglos y siglos en el lodo -era lodo y ni siquiera lodo ya seco sino lodo aún húmedo y aún vivo, era un lodo donde se movían con lentitud insoportable las raíces de mi identidad.

Fragmento de: Un soplo de vida.
Tengo miedo de escribir, es tan peligroso. Quien lo ha intentado, lo sabe. Peligro de revolver en lo oculto y el mundo no va a la deriva, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que colocarme en el vacío.


Tomado del p. de las l.

7.8.09

Daydream nation

Let’s go on pretending that the light is neverending.
Beach house.

Pocas palabras terminan en un cuaderno para reservaciones en un supuesto amable bar de la comarca®. Sale lo que un banco a cuatro patas y una mini-mesa ofrecen. Para empezar ni había con qué escribir. El primer intento con un pincelín (primera vez que escribo esa palabra, espero no tener que usarla mucho). Puntuación libre. Segundo intento con un lápiz sin punta. Tercer intento con un lápiz con punta quebrada. Manuscrita art deco. Cuarto intento y arranca esa otra lectura que no se podrá husmear aquí.

Este blog está diseñado para autoajustarse en el largo de sus renglones de acuerdo al tamaño que se le asigne a la ventana del navegador que se utilice para visitarlo.



Tomado del siguiente cuestionamiento: ¿dónde y cuándo es correcto el uso de lo que es el acento? [llueve.gdl]

17.7.09

Daniel 1,6

Hay excelentes juguetes para perros.
Petra Durst-Benning.


La soledad en pareja es un infierno consentido. En la vida de la pareja suelen existir desde el principio algunos detalles, ciertas discordancias sobre las que uno decide tácitamente callarse, con la seguridad entusiasta de que el amor acabará arreglando todos los problemas. Estos problemas crecen poco a poco, en silencio, hasta que unos años después terminan por explotar y destruir cualquier posibilidad de vida en común.

…[cont.]

¡Oh, la vida que los hombres intentan vivir!
¡Oh, la vida que llevan
En el mundo en que viven!
Los pobres, los pobres... No saben amar.

Cuando desaparece la sexualidad, lo que aparece es el cuerpo del otro, con su presencia vagamente hostil; los ruidos, los movimientos, los olores; y la presencia misma de ese cuerpo que ya no podemos tocar, ni santificar mediante el contacto, se convierte poco a poco en algo incómodo; desgraciadamente, nada de esto es nuevo. La desaparición de la ternura sigue siempre de cerca a la desaparición del erotismo. No hay una relación depurada, unión superior de las almas ni nada por el estilo que se le parezca, ni que pueda recordarla de forma alusiva. Cuando el amor físico desaparece, todo desaparece; una irritación taciturna, sin profundidad, viene a llenar la sucesión de los días. Y yo me hacía bien pocas ilusiones sobre el amor físico. Juventud, belleza, fuerza; los criterios del amor físico son exactamente los mismos que los del nazismo. En resumen, que estaba metido en un buen lío.


Tomado de Michel Houellebecq en ‘La posibilidad de una isla’.

12.7.09

Surtido

Do you have a lover? Do you love him tenderly?
This is Ivy League.

Si estoy fumando es porque tengo salud y la puedo poner a bailar, tiene su gracia. El subconsciente también escribe, influido, obvio. M83 de nuevo, esporádico y oportuno, en agradable control.

No quisiera escribir citado a tantos otros, saberme todo eso de memoria. De nuevo la lentitud, que nadie escriba borracho.

El piso es de vidrio transparente y se puede ver lo que pasa abajo, el techo también es de vidrio; transparencia hacia ambos lados.

Algo se conjuga por sí mismo, como una articulación que se desdobla. Esa persona que está aquí en mí se pregunta con un interés inestable hacia dónde es que se dirige su corazón de pasaporte. Se formula algo donde su pensamiento se equipara con el comportamiento de una nación de dudosas finanzas, débiles y gastadas; su narcoestado particular.

La fuerza del destino menguante. La música triste por dentro. El día gris con todo y el cansancio. Las fronteras en los reinos de lo irreal.

Las 3 leyes de Newton: la inercia, la fuerza y la acción-reacción; todo se cubre de explicaciones firmes, excéntricas. Y ya no es suficiente echar mano de lo científico para saber que es necesario un mecánico experto que arregle éste motor.

¿Qué hacer con 400 novios y con más de 400 golpes? Lo único que se puede hacer es vivir la mentira unos días para luego decir las cosas de frente, provocar el desazón en ellos también, seguir perdido, leer en vez de dormir, hacer yoga, perder lo que ni si quiera se ha ganado. Es como tener un límite de crédito y sobregirarlo hasta haber triplicado dicho límite. Queda la deuda más los intereses.

No es tan interesante este fenómeno. Sólo es algo real, palpable y fibroso.


Tomado de la sinceridad.

27.6.09

Belly

No controles.
Flans.

Adentro tiene un cartucho gastado de baygon azul con restos de cerveza y de cualquier forma los mosquitos nadan sobre las cabezas en la madrugada; llovió, el aire está mojado. Puntos suspensivos y luego el fin.


Tomado de Agoraphobia.

25.6.09

Further into the future

Hold me up so high to touch the sky just one more time.
The cure.

Los novios del futuro se enamoran en páramos secretos lejos del amor, son demasiado cautelosos, directos, inocentes y posiblemente gracias a su inercia futurista nunca han de confiar de nuevo en eso que la mayoría asume como relaciones formales. Sus interacciones son estables por ser ligeras, tan faltas de compromisos y de barrotes; con tanto aire y bosque de por medio es imposible ahogarse. Ellos no se pertenecen el uno al otro, su responsabilidad va para consigo mismos. Confunden al sentimentalismo entre caricias tiernas que se reparten distraídos, sueltos, un poco libres, un tanto ajenos. Llenan sus horas juntos de pláticas constructivas en vez de volverse sólo cursis. Los besos que se dan son reales o difusos, cualquier cosa menos patéticos. Se permiten una comunicación transparente, carecen de juicios altivos y como anulan constantemente al verdadero amor, su sentido de pertenencia se hunde para dejarlos al fin de cuentas solos, como al principio, como si nada hubiera pasado.

Se premian los ligues con otros por medio de un abrazo fuerte, llenos de un respeto antiguo, contradiciendo todo su discurso. Ellos no saben en sí gran cosa, sólo están preocupados en inventar nuevas formas de satisfacer sus necesidades de pertenencia; su egoísmo, hedonismo y narcisismo crecen sanos, fuertes, imponentes. Y sobre todo callan sus intenciones para con el resto de sus congéneres, disfrutan de su confusión propia y de la confusión que provocan en los demás. Los novios del futuro son incomprendidos ahora, está bien, ya que ni ellos mismos pueden explicar la lógica de sus encuentros. Se arrebatan el apoyo de uno al otro como hienas frente a animales en descomposición, recelosos, con un gesto de ataque en la boca exponiendo sus dientes en señal de cautela. En esa decadencia se aman con una fórmula nueva, repetida y descentrada, visceral. Incapaces de jurarse algo se juran la nada, el vacío, el fin, la vuelta y allá en el fondo de todo vislumbran al futuro, a la muerte que los reafirma y bendice con una ironía bien presente.

Ellos no construyen juntos, sólo agendan lapsos de tiempo para verse a los ojos, prefieren mirarse sin tapujos en vez de ilusionarse con días felices, pasteles rosados, aniversarios fieles y de cualquier forma se mimetizan, pues de eso nadie escapa. Los novios del futuro destruyen el amor con más amor, con un amor de otro tipo; un meta-amor aguerrido, musculoso, escaso, volátil, extraterrestre, de súperhombres. Se lamen las heridas y procuran no hacerse nuevas. Se olvidan con una comodidad envidiable el uno del otro para darle tiempo al tiempo y esperar a que llegue otra mañana con un dejo de extrañamiento para simular una alegría en el reencuentro. Anuncian con una voz muy queda la descomposición del núcleo social y cual arpías con doctorado en falta de compasión quieren destruir todo lo establecido y correcto, se protegen con esmero, se cuidan a ratos, se descuidan después, toman todo el desorden y se lo beben de golpe, eructan groseros y alcanzan otro tipo de felicidad, una más animal y aterrizada. De esa forman aseguran en el futuro el regreso hacia lo prehistórico. Estudian juntos los motivos que mueven a las personas a unirse, a quererse. Y en esa sabiduría reciente gozan destrozando a las cosas con martillos mentales, hasta volverse locos, escapando así de la sanidad, de los manicomios sin puertas donde todos vivimos entre asustados y obedientes. Ellos son los profetas del Apocalipsis social. Los novios del futuro son tan arcaicos y obsoletos que en realidad no innovan nada. Son una burla al futuro afirmada en el pasado, son la vuelta que cierra la circunferencia, la estampida en un espacio donde no se puede correr y sólo rebotan, se estrellan, aves fénix graciosas y sumamente estúpidas, payasos descorazonados con más lágrimas pintadas que sonrisas. Niños queriendo ser adultos, enlodados en su adolescencia, como si estuvieran perdidos en un laberinto invisible y autoimpuesto.


Tomado de lo real en la ficción.

17.6.09

Porno del bueno



Gustave Courbet hizo esta pintura al óleo sobre lienzo en 1866. Hojeando la enciclopedia de historia del arte de mis padres llegué hasta él, la impresión que me causó sigue vigente, de hecho cada vez que veo el cuadro un susto y una intranquilidad de apoderan de mí. ¡Tal atrevimiento, tanta vanguardia! Es desconcertante para un provinciano semiculto,143 años después de realizada ésta gran obra de arte, ver de frente el origen del mundo. No seamos estrechos de pensamiento, mi susto no tiene relación directa con dolencias freudianas en apariencia; éste es verdaderamente un susto artístico y me mueve, profundamente, a reflexiones que van más allá de la técnica.

La mujer parece fresca, relajada. Ella es joven y se encuentra acostada medio envuelta en una sábana, posiblemente flotando en un espacio oscuro. Nos está invitando a verla, aún más que eso, nos reta a verla de frente. Ella parece no tener vergüenza, en cambio nosotros fácilmente podemos enrojecer frente a ella. Ella que no existe en realidad, pues son sólo óleos intercalados. Y nos deja solos con nuestra reacción frente a la unión de sus piernas abiertas. Me imagino que sin importar la preferencia sexual de quien la observe, nunca será lo mismo lo que los hombres en contraposición a las mujeres observen al ver este cuadro.

Ahora que la pornografía es algo tan cotidiano, ver una vagina expuesta con tanta delicadeza y esmero me conmueve. Me hace no perder la fe en nuestra naturaleza. Reivindica la confianza en el ser humano. La apertura en su máxima potencia. Courbet sigue destapando tabúes 143 años después de haber pintado algo tan simple, directo, natural, normal, común, húmedo y penetrable. Ver el origen del mundo es experimentar un parto conciente y nacer ya crecidos, pensantes, temerosos.

El origen del mundo.
55cm X 46cm.
Museo de Orsay.
París.


Tomado de Rodrigo impresionado (supuestamente no debería hablar así de las vaginas).

16.6.09

Los iniciados

You could have it all, my empire of dirt.
Jonnhy Cash.

Cariño… pienso que las cosas no existen. Un vaso, un hombre, una gallina, por ejemplo, no son realmente un vaso, un hombre, una gallina, son tan sólo la verificación de la posibilidad de existencia de un vaso, un hombre, una gallina. Para que las cosas existiesen realmente tendrían que ser eternas, inmortales. Sólo así dejarían de ser únicamente la verificación de ciertas posibilidades y se convertirían en cosas. En efecto, de tanto modificarse, son utilizadas por la naturaleza, la cual verifica mediante sus transformaciones todas las posibilidades de las que dispone. A manera de ejemplo, una gallina, en el momento mismo en el que cumple su “deber natural” y pone un huevo, deja de ser una gallina para convertirse en el medio a través del cual la naturaleza verifica la posibilidad de existencia del huevo y, por ende, del mundo de los volátiles. Las misma ley es aplicable también al problema del espacio, tanto para el macrocosmos como para el microcosmos.

En el universo en expansión o, en todo caso, en movimiento, los planetas y las estrellas ocupan –y verifican en sus evoluciones– la existencia de espacios nuevos que concuerdan con su naturaleza desde el punto de vista dimensional (de lo contrario se modificarían o se desintegrarían). El hombre, estimulado a su vez por la misma “causa natural”, parte a ocupar nuevos espacios. Una de las propiedades que hace que un objeto sea tal es el hecho de que por su presencia en un sitio dado impide a otros objetos tomar su lugar. Dado que no existen cosas que permanezcan invariablemente en el mismo lugar, dejan de ser objetos y se transforman en verificadores de ciertas posibilidades espaciales, es decir en energía. Lo que para los objetos se plantea como un problema espacial, para nosotros los hombres constituye un problema temporal. Cuando efectuamos una acción cualquiera, por ejemplo cuando corremos, no estamos realmente corriendo, sino que simplemente verificamos la posibilidad de correr y la existencia de la carrera y transferimos esa experiencia a la “naturaleza”. En efecto, si lo comparamos con la longitud del tiempo de duración de nuestra especie, disponemos de algo sumamente limitado en el transcurso de nuestra vida para poder gozar de esa experiencia. Para existir de veras deberíamos detenernos en el tiempo y comenzar a vivir nosotros mismos, así pues, ser nosotros mismos los verificadores, para nosotros mismos. En tiempos remotos, el hombre no disponía como nosotros de tecnologías de punta ni de ciencias avanzadas como las de hoy; es por ello que la posibilidad de enfrentar la muerte con cierto margen de éxito era mucho más limitada. El ser humano siempre ha idealizado la vida eterna. Hoy en día, seguimos hablando de vida eterna, aunque con una diferencia: nos es dada la posibilidad de alcanzarla. Tendríamos que orientar el conjunto de nuestros esfuerzos y de nuestras posibilidades (principalmente en el ámbito científico y tecnológico) hacia ese objetivo único. Los que para el hombre de antaño eran simples medios (que le permitían salir victorioso de la lucha eterna contra la naturaleza) se han convertido hoy en objetivos; estamos libres de la aprehensión inicial y de las reacciones que la acompañaban y nos hemos convertido en locos que corren sobre una bola que vaga a la deriva por el espacio. El temor a la muerte siempre ha sido sublimado o utilizado por los poetas, los filósofos, las religiones, los artistas, pero nunca ha sido enfrentado con la sangre fría necesaria.

La mayoría de las actividades del hombre que hoy suelen parecer injustificadas se tornarían lógicas una vez alcanzada la inmortalidad, pues sólo en ese momento podríamos permitirnos objetivos fantásticos e irracionales destinados a brindarnos alegría (arte, investigaciones científicas, etc.) En la actualidad la biología ha divisado cómo podría influirse sobre las células que fundan el deterioro del cuerpo humano. Es decir, sobre el proceso que conduce inevitablemente hacia la muerte. Por desgracia, quienes emprenden esas investigaciones son muy contados respecto de la cantidad de habitantes sobre la tierra. Deberíamos cesar cualquier otra actividad, por ejemplo los vuelos espaciales, la investigación artística, la fabricación de armamento, etc. (excepto aquellas actividades que nos permitan sobrevivir) para poner a la obra y al máximo todas nuestras capacidades. Gracias a un esfuerzo colectivo, nos tomaría unos 20 años estar en condiciones de vencer a la muerte natural. Naturalmente, habría que suspender después los nacimientos hasta encontrar otros planetas u otras posibilidades de vida sobre la tierra. Todas las guerras y todos los rencores del hombre son engendraros por el miedo latente y por la conciencia de la muerte. El hombre dio inicio a su evolución defendiéndose del entorno desfavorable, elaborando por sí mismo sus medios de defensa. Curiosamente, una vez vencidas las calamidades más peligrosas, conforme pasaba el tiempo se iba acostumbrando la idea de la muerte natural como algo inevitable. Cada medio de defensa inventado por el hombre ha sido siempre contrarrestado por un medio de ofensa. Este precario equilibrio sigue existiendo hoy, con la salvedad de que los medios de ofensa actuales pueden destruir por completo toda forma de vida sobre la tierra. De allí que sea preciso orientar todas nuestras posibilidades hacia un ideal ajeno a las estimulaciones y las aspiraciones ordinarias del hombre. El hecho de tener hijos (hacemos nacer cosas porque no tenemos la posibilidad de vivir por siempre y quizá no tengamos esa posibilidad justamente porque hacemos nacer cosas) constituye una manera de lograr la eternidad, excepto que de ese modo es la especie humana la que la alcanza, no el hombre. Cobrar consciencia de que somos descendientes debería hacernos entender que somos nosotros mismos los que deberíamos de utilizar las experiencias que vivimos, hoy y a futuro. Desde hace algún tiempo me intereso por aquellas personalidades que han tomado en consideración este problema y que han entendido e interpretado la situación absurda del hombre sobre la tierra, antes que por aquellos que han cantado las bellezas y las certidumbres de la vida. Es así porque, de hecho, todos los hombres han entendido desde siempre que la vida vale la pena de ser vivida. En todas las épocas de la humanidad se han labrado ideales en los cuales creer, motivos que le conferían sentido a la vida; casi siempre se trataba de pretextos que hacían posible la unión de ciertas personas con otras, las más de las veces en pro o en contra de otras, incluso inventadas quizá. El hombre ha fingido siempre no ser autor de sus inventos y por lo tanto ha hecho como si éstos no fuese por completo controlables por él mismo, como si hubieran sido inevitablemente decididos por la naturaleza. Esos ideales, esa fatalidad en que siempre ha fingido creer, nunca lo han unido a sus semejantes, justamente porque de manera inconsciente sentía que se traba de ideales mitológicos de los que difícilmente podría obtener en su calidad de hombre ventajas reales y duraderas. Sólo un ideal superior, sin relación con la fatalidad, puede unir sin discriminación a todos los hombres en su empeño por lograrlo. Al alcanzar la inmortalidad, el hombre, quizá por vez primera desde su aparición sobre la faz de la tierra, podría realmente y de manera indiscutible diferenciarse del resto de las especies vivientes. Al detener la evolución del tiempo, a una edad libremente elegida, al interrumpir el envejecimiento, rompería el encanto de la dimensión misteriosa que revela el universo, dando así el primer paso hacia una mejor comprensión de la vida. Espero poder algún día tomar un vaso, llenarlo de vino y beber, y sacar a pasear a una gallina, y poder hacerlo de veras yo, yo mismo.


Tomado de Gino De Dominicis en la revista la Tempestad 16, edición semestral de artes visuales verano 2008 (no sé qué pensar de una revista con semejantes contenidos y una publicidad para muy pudientes).

13.6.09

Grande y tierno

How soon is now?
The Smiths.

Resulta que lo que más gusta en la vida es mejor tenerlo en cantidad escasa sino corre el peligro de perder su sentido. Entonces cuando alguno de esos gustos acontece, el placer que provoque será por lo menos un poco mejor que si estuviera ya muy gastado. 

Rodrigo los piensa leyendo el blog de Álvaro, haciendo así sus comentarios anónimos con una supuesta gracia incisiva, creyendo que se burlan o que buscan una especie de reconocimiento imperfecto, que disfrutan de la comodidad en las nuevas formas para decirnos las cosas, dándole importancia a esas frases articuladas que en realidad ni para Álvaro ni para Rodrigo tienen el mismo peso. Ellos fiándose de las palabras escritas, ellos enmarcando oraciones reveladoras para colgarlas en sus salas, baños y habitaciones cerebrales, otra Biblia falsa aunque más fresca, ocupándose de las vidas de otros porque las suyas no les son suficientes.

No hay tiempo para pensar ahora, ya todo está hecho además y sino, ahí está la TV, ¿para qué esforzarse?, ¿con qué lógica se vive todo un verano sin un ventilador al lado? ¿Y apoco tú te crees el cuento completo y sin fijarte mucho en tu propia persona disparas juicios creyendo que eres un francotirador de los buenos? Disparas pero no te importa fijarte si la bala dio en el blanco, estás tan lejos del blanco que ese ya no es tu problema, ¿verdad? La realidad es otra, siempre es otra cosa distinta, y es así para todos; Rodrigo intentará explicarlo: –Si los dos vemos una mesa roja, es posible que no veamos en realidad el mismo color. Sólo que tu cerebro registra ese color como rojo, y el mío registra otro color como rojo de igual forma. Y cuando decimos que la mesa es roja, los dos estamos viendo colores diferentes a los cuales llamamos de la misma manera. Pero en realidad el rojo no existe.– Y esto que nos acaba de explicar Rodrigo es como para darle besos con una admiración sin reservas por ser tan inteligente. Álvaro se ríe, de esa forma los demás sí lo entienden, ya que cuando Rodrigo llora los demás sólo se confunden. No están los tiempos para entendernos con lágrimas, ignoro si alguna vez fue posible esa forma de comunicación entre las personas. Las increíbles personas que creen que no son animales, que no son una plaga. Sociedades evolucionando desde hace 10mil, 50mil años o más, ¿qué sé yo? Si Rodrigo lo medita con calma puede observar que en realidad no hemos avanzado tanto, seguimos igual que siempre sólo que ahora todo urge, no hay tiempo de nada. Confiar en que todo termine. Por otro lado ya todo está dicho y hecho, y sobretodo gastado. Ya lo escribió así Álvaro, ¿no?

Entonces no voy a seguir a nadie. No quiero pertenecer a nada. Voy a esperar sentado a que la misma vida los transforme, a ver si algo me toca de esa transformación que todo sufre con el caer del tiempo. Y es sólo un capricho más, otra necedad sin fruto. La madrugada será mi aliada mientras voy eliminando a los vicios, saldré a correr y espero que ninguna ardilla se burle de mí, y si se burla mejor, igual me dará risa. No quiero entendimiento, no quiero curiosidad a mi alrededor tratando de indagar si soy quien realmente digo ser o si soy lo que ellos dicen que soy. Me rasco con mis propias uñas y se siente tan bien hacerlo que mejor lo interrumpo de golpe, no quiero correr el peligro de echar a perder también este gusto. Tengo que ahorrar placer para mí y para más de alguno de ustedes, sé que luego me van a venir a pedir prestado.


Tomado de tener 0 piensos a veces.

4.6.09

Falla

I might be wrong.
Radiohead.

Se revisa el módem, todo bien, las luces están prendidas, algunas parpadean con naturalidad. La descarga está lenta, algo pasa, tal vez sea el hecho de que hoy se nubló en la tarde después de otra mañana de calor intrépido. 20KB/seg en promedio es una grosería, de esas groserías que es mejor no tomar en cuenta pues nada se puede hacer para solucionarlas. Existen los centros de llamadas para la atención al cliente, y uno a veces se pone en contacto con los agentes, les explica que la descarga está lenta, que se contrató un servicio de tantos megas por segundo; ellos parecen no entender, dicen estar viendo en sus pantallas que todo está en orden, que se pondrán en contacto con el departamento técnico. Hasta tienen la osadía de decirme –no se preocupe.– Dos personas abriendo un proceso de comunicación; una el emisor, otra el receptor, cambiándose los roles constantemente mientras se reparten mensaje, código y canal. ¡Pero la comunicación no funciona! ¿Es que no se dan cuenta? La descarga sigue lenta. El departamento técnico no tiene ni idea, los agentes confían en sus pantallas y ni si quiera he llegado al 34% del total de la descarga. Entonces vuelvo aliviado a la maravillosa frase de ya sabemos quién: “hasta la ciruela pasa”.


Tomado de lo popular en la lengua y de las inmaduras “nuevas tecnologías”.

24.5.09

Ciencia Pachamama

Para mi primo pantera.

En el pie de Arabus, en el mar de hielo, se localizan los dos edificios más altos de este continente. En los hangares cargas científicas son alistadas para el lanzamiento de un globo a la estratosfera. Estábamos interesados en el proyecto de la detección de neutrinos. Los científicos planean elevar un instrumento de observación 40km en la estratosfera en busca de partículas subatómicas casi indetectables. Conforme se eleva, la pequeña burbuja de helio se expandirá hasta llenar la piel del globo que aquí se ve como un hilo blanco. Eventualmente formará un gigantesco globo de más de 300 pies de diámetro. Cuando llegue a la estratosfera los detectores explorarán miles de millas cuadradas de hielo sin encontrar disturbios eléctricos en un mundo inhabitado. Antes del lanzamiento fuimos a los hangares, el proyecto de neutrinos es dirigido por el Dr. Gorham de la Universidad de Hawai.

Peter Gorham: Lo que intentamos hacer con este instrumento es ser los primeros científicos que detectan la más alta energía de neutrinos en el universo, esperamos.

Werner Herzog: Sí, pero, ¿qué es un neutrino exactamente?

PG: el neutrino es... es la más ridícula partícula que puedas imaginar. Tu... sí... un billón de neutrinos pasaron por mi nariz mientras hablamos. Un trillón, ¡un trillón de ellos pasaron por mi nariz justo ahora! Y no me hicieron nada. Ellos pasan a través de toda la materia que nos rodea, continuamente, en una enorme, enorme ráfaga de partículas que no hacen nada. Es como si existieran en un universo separado. Sabemos, como físicos, que podemos medirlos, podemos hacer predicciones precisas y mediciones de que ellos existen, pero no podemos poner nuestras manos sobre ellos. Porque ellos parece ser que existen en otro lugar. Y sin embargo, sin los neutrinos el origen del universo no hubiera funcionado, no tendríamos la materia que tenemos ahora, porque no hubieras podido crear los elementos sin los neutrinos. En los muy, muy primeros segundos del ‘Big Bang’ los neutrinos eran la partícula dominante, y determinaron muchas de las conectividades para la producción de los elementos como los conocemos ahora. Así que el universo no puede existir en esta forma sin los neutrinos, pero ellos parecen estar en su propio universo separado. Nosotros de hecho estamos tratando de hacer contacto con ese otro mundo o universo de neutrinos. Y como físico, aunque lo entiendo matemáticamente y lo entiendo intelectualmente, me sigue golpeando en las tripas que sean algo aquí rodeándome casi como si fueran una especie de espíritu o dios que no puedo tocar pero que puedo medir, puedo hacer una medición, es como medir el mundo espiritual o algo como eso, vas y tocas esas cosas.

WH: Sin mucha sorpresa nos encontramos con un encantamiento en lenguaje hawaiano junto a este detector. Fue como si los espíritus fueran invocados. ¿Qué veríamos si pudiésemos filmar un impacto de un neutrino?

PG: Lo que verías sería como un rayo de luz de aproximadamente 10 metros de largo y como así de ancho (Peter hace una seña con su mano, formando un círculo con sus dedos índice y pulgar como de 3cm de diámetro) y que pasaría a la velocidad de la luz por estos 10 metros de distancia y verías la luz azul más bella que tus ojos hayan visto. Esto pasaría, el impulso entero de ondas de radio, va hacia arriba y abajo, en probablemente una cienmillonésima de segundo. Eso va como un ¡bang! Y se fue, y es eso lo que estamos buscando.


[Para concluir el documental, otro habitante de la antártica dice lo siguiente]

Hay un dicho hermoso del filósofo americano Alan Watts, el solía decir que a través de nuestros ojos el universo se percibe a sí mismo, y que a través de nuestros oídos el universo escucha su armonía cósmica, y que somos los testigos a través de los cuales el universo se hace consciente de su gloria, de su magnificencia.


Tomado del documental "Encounters at the end of the world" de Werner Herzog.

18.5.09

Proyecto de vida No. 12,797

Only you can make you happy.
Au revoir Simone.

El desprecio constante hacia su prolongada situación de lamento se fue haciendo cada vez más patente ante Rodrigo. La sociedad en conjunto ya lo ha acordado, ¿por qué entonces Rodrigo se empeña en hacer las cosas a su modo, plantándose casi groseramente frente a las circunstancias y desafiando al sentido común que parece ser todos poseen como si fueran perfectas aves blancas sobre-volando la inmundicia? Rodrigo duda sobre la necesidad de rebotar los golpes que ahora le llegan hasta en su propia casa, y aunque ellas también pueden hacer uso del salvoconducto en cuestión, abusado una vez más en otra noche que dejarán pasar a su pasado como si nada; el agujero desde donde le han gritado a Rodrigo le parece más lamentable que el suyo propio y juzga calladamente que la ayuda no se recibe ni se da de esa forma. Un rompimiento más. 

Piensa en los esquemas, en las rutinas que a tantos salva de tener al tiempo sometido y no al contrario. –¡Esto debe de ser el verdadero control!– Piensa admirado. Tampoco es que Rodrigo sea un modelo a seguir en su intento por traspasar la membrana e irse a investigar en carne propia qué significado adquiere la vida en la puerta de esta garita olvidada. No, la solución no puede ser así, porque esos ensayos de prueba y error ya los ha probado antes sin resultados positivos en apariencia, pues ha conseguido para sí un arsenal de aprendizaje que lo dota de una cosmovisión más cercana de la ciencia ficción que a la relativa comodidad de una vida productiva. Y no es que a Rodrigo se le olvide ni que ignore que vive inmerso en la decadencia del capitalismo neoliberal. Sabe que sin dinero no podrá seguir viendo a los perros bailar, y temblorosamente aventura un pie en la puerta de la garita, está en la frontera de las cosas que importan, la soledad del otro lado le parece atractiva, el nudo del estómago se endurece, se ha cansado de ser tonto ante los demás, aprende del miedo; si cruza al otro lado le lloverán jitomatasos coléricos y con todo y todo Rodrigo se va a cruzar hacia esa parte nueva sin ninguna referencia palpable que le diga qué otras cosas le van a suceder allá. Va en busca del equilibrio, celebrará una íntima misa privada por la paz con sus ritos propios, capitulará con el mundo y su amplia gama de seres para regresar alineado, capaz de insertarse en algún nicho que el permita funcionar en un estado en donde la gente y él se sientan a gusto y volverán los días de pescado horneado y vino blanco en compañía de la gente que sepa sonreír a pesar de todos los pesares.

Un mundo de contradicciones lo envuelve, como a todos. Rodrigo se aparta, y sabe que hace mal en apartarse. Su capacidad se desperdicia día a día, y aunque los otros intentan desesperadamente jalarlo de nuevo al frenesí destructivo de una vida normal, Rodrigo no sale del hechizo en el cual se ha autoinducido por medio de la autocompasión. –¿Dónde han dejado al respeto por los procesos internos de las personas?– Se queja y su queja es válida, es real. Y de nuevo, lamentable.

Los valores morales han perdido validez sino es que desde su invención han sido una gran farsa, es por eso que Rodrigo sólo los utiliza para consigo mismo en un egocentrismo puro, aplicado, desbordante, constructivo, fuera de su tiempo. Y es que en realidad no hay razones para obedecer ni para revelarse, la existencia misma es ambigua. Tendrá que seguir desbastándose hasta llegar a la figura correspondiente con su idea de navegar los días en un viaje que es mejor no compartir abiertamente.


Tomado de la esperanza y de la única constante: el cambio.

16.5.09

Bandages for the hearth

Relationships is something I used to do.
Camera obscura.

Estreches por todas partes. En cada nueva comunicación colecciono afrentas frescas y perdones no otorgados. Recapacito de nuevo sobre lo que gira a mi alrededor y dejo de buscar respuestas afuera, allá no hay nada, sólo vacíos obscuros que se alejan formando constelaciones que me resultan feas, sin embargo tendremos que ser espacios vecinos. Hay que repasar el hecho de no ser perfectos, de cometer un sinfín de errores; mi acto de contrición hacia el centro de mi sangre, las conclusiones las mismas, el método de la verdad aplicado a pruebas refutables para atrapar la razón a mi lado y que el mundo gire, si se puede más rápido, mejor.

El camino invisible sigue extendiéndose hasta el fin de mis días y me siento bien en él. ¡Esto es por fin la madurez! Pues venga. Tal vez voy por un mal camino, pero conforme han pasado los meses y los años, el concepto del mal se me escapa y ya no hay caminos malos. Lo correcto o incorrecto se restringen a muy pocas cosas, con la idea de hacerlo todo más simple y apelando a la tranquilidad, la vida de por sí ya es muy complicada, ¿por qué complicarla más? Pero todavía más importante es entender qué es lo que la complica tanto, pues si hemos de usar a los conceptos es nuestra responsabilidad saber de qué estamos hablando. Cuando esas pocas cosas que se pueden etiquetar de correctas o incorrectas fallan, provocan con una facilidad incontenible a la tercera ley de Newton. El wikipedia dice que “la tercera ley expone que por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza de igual intensidad y dirección pero de sentido contrario sobre el cuerpo que la produjo. Dicho de otra forma, las fuerzas siempre se presentan en pares de igual magnitud, sentido opuesto y están situadas sobre la misma recta. Este principio presupone que la interacción entre dos partículas se propaga instantáneamente en el espacio (con velocidad finita).” Pronto todo se acomoda de nuevo, respiro el olor a tierra mojada y con pocas lágrimas se cierra el episodio. La ciencia me lo deja tan claro que sé que hoy dormiré de corrido ya que mañana Teléfonos de México me asistirá para hacer lo que no tendría que hacer.


Tomado de la física, las pérdidas y las ganancias.

28.4.09

...

Si has de ser un fantasma, no aparezcas de lado
no hieras las roturas
no entres
no quieras abarcarlo todo.

Déjame aquí, en el rincón de los silencios
en el parque de los idos, pero no pronuncies
no grites, no incendies, no grabes.

No te abalances con el diagnóstico de mi palabra lenta
mi palabra inservible que no pudo más con el sonido
de su propia cavidad. Un eco basta, en eco que termine
para quedarme serena, cobijada por los bosques sonámbulos.

Quédate si eso quieres, pero no habites la muralla.




Tomado de Karla Sandomingo, Guadalajara, México (1970); en la revista Metrópolis.

16.4.09

+ c. l.

Feel good lost.
Broken social scene.

Rememoró la tarde con Vicente; la felicidad era tan violenta que la estremecía del todo; aquellos instantes horribles la habían dejando fuera de sí, diferente, curiosa y conmovida en su interior; así pues se podía morir de felicidad, ella se había sentido tan abandonada; un minuto más de alegría y habría sido lanzada hacia fuera de su mundo por deseos audaces, llena de una esperanza insoportable. No, ella no deseaba la felicidad, ella era débil ante sí misma, débil, embriagada, cansada; descubrió rápidamente que la exaltación la fatigaba, que prefería estar escondida en sí misma sin temblar nunca, sin subir nunca, por primera vez se dio cuenta que ella parecía realmente inferior a algunos conocidos, eso le trajo a la boca una sensación de malestar y de busca, una cierta ansia sin dolor como si se hubiese separado imperceptiblemente de su propio contorno; en un vago suicidio suspiró lentamente, cambió la posición de las piernas, se recogió apagándose; su recorrido era como el de algo que se moviese en todas las direcciones; su pecho se comprimía informe, poco a poco la respiración de Vicente le daba un ritmo y ella se deslizó hacia un cansancio tranquilo. En el silencio del primer sueño se erguía un tono de indagación y con los ojos durmientes ella sentía dentro de sí un movimiento lechoso, vago, casi inquieto, como una respuesta absurda. Ella se dijo algo como ‘no’ y así replicaba a ‘algo’ que asintió y se quedó satisfecho de encogerse y ella no sólo sabía lo que era sino que admitía tranquilamente con algún anhelo que así fuese, tal era la única forma de experiencia que tenía, tal era su único vivir sin pecado. En la quietud del cuarto, la madera del suelo crujió. Las cosas empezaban a vivir solas. Ella durmió.

Abrió un momento los párpados pesados, la brisa más clara inició la madrugada, sonidos débiles y luminosos se esparcían lejos mientras el cuarto guardaba un silencio nocturno, tibio; cerró los párpados.

Entonces abrió los ojos con sobresalto, grandes nubes de claridad se acercaban, después de la noche de lluvia hacía un frío duro y excitado, el aire flotaba fresco, húmedo y lleno de ruidos... Todavía inconciente ella se asustaba, el día la asustaba, los ojos abiertos... Entonces cortó la idea con un gemido: ¡iniciar la despedida, la despedida!, ¡era hoy en la noche!, ¡el viaje! Miró hacia su lado: con una sorpresa casi ridícula y victoriosa, Vicente no estaba, las sábanas revueltas, la marca en la almohada... El camisón deslizándose del hombro, sentada en la cama, y aquella brisa alegre soplándole en el pelo; jadeaba. Vicente no estaba, se levantó rápidamente, atravesó el suelo seco y frío con los pies descalzos, el camisón ancho, deshechos los pliegues cuidadosamente inventados para agradar. Sobre la mesita sólo vio la nota de Vicente: Virginia: he tenido que salir pronto para entregar un trabajo, cariño, mañana hablaremos, hoy trabajo todo el día, no dejes de venir mañana, cariño, ¿has dormido bien? Tu Vicente, Vicente, Vicente. Se vistió de prisa con los ojos grandes y mudos, se detuvo para decir angustiada, profundamente sorprendida y con prisa: ¡arrh!, llena de dolor se peinó, salió por la puerta de atrás cerrándola y echando la llave por debajo. No esperó el ascensor, bajó las escaleras, de prisa, se vio en la calle. La luz del día le invadía los ojos, el olor matinal a mar, a gasolina, ella se encogía andando hacia delante, casi corriendo pero el cuerpo le molestaba, lleno de los días que ya había vivido –había mirado hacia el otro lado y Vicente se había ido mientras ella dormía–, casi corría con dificultad apretándose la boca con una de las manos. Tan, tan herida… el pecho dilatado, ardiente, vacío, el aire arañaba sus ojos y ella se apresuraba en la calle protegiéndose como si caminase contra el viento y la tempestad, la mirada dilatada; siguió pero se detuvo con la mano en el pecho, ¡el sombrero!, ¡el sombrero!, ¡ah, mi sombrero! La sensación del cuerpo como un caparazón, como un límite frágil y eléctrico que contenía sólo aire, aire desorbitado y tenso; herida, el cuerpo empujado hacia atrás, hacia una distancia pálida y sin medida; ¡así pues, volvería a la Granja! De repente aquella era la verdad, la única después de despertar y no encontrar a Vicente, engañada, ¡no encontrar a Vicente, haber dormido demasiado! ¡¿Y mi sombrero?!... Lo había perdido para siempre. Con el cuerpo otra vez pesado, casi llorando, tomó un taxi preguntándose si gastando así tendría suficiente dinero para el viaje, hundiéndose en la blandura del coche, hablando jadeante y oscura al taxista que sonreía amable con un rostro fino, recién afeitado, la piel liza y feliz, listo para empezar su día. Pisó el acelerador, un ruido cálido llenó el vehiculo, él apretó los labios con firmeza pensando qué bien se podría ganar la vida haciendo relinchar su coche en los preparativos de una carrera, ganando dinero, guardándolo bien en el bolsillo, abriendo la portezuela para que salga el pasajero, levantado otra vez la placa comprada en el Ayuntamiento: Libre. Sí. Libre. Libre. Libre. Cerró los labios frunciendo las cejas lleno de responsabilidad y de severidad mientras tocaba la bocina, miraba el semáforo y pensaba con cierta benevolencia, sintiendo el asiento del coche ya tibio y familiar, como la promesa de un día completo, de una buena parada para una buena comida, de muchas carreras, ¿por dónde? Simpática esta primera pasajera.


Tomado de ‘La lámpara’ de Clarice Lispector.

15.4.09

Kevin Cey



La belleza es el enemigo.

Oh canción de cuna flaca, insípida, de queja. ¿No vemos la carne arrancada de las incontables criaturas bellas? Y ellos se convierten en comida de mi grotesca perdición. Todos los cuerpos requieren comida, es su derecho.

Profanados, profanados, profanados están. Aquellos que permanezcan en la superficie, háganlo bajo su propio riesgo. Aquellos que se sumerjan debajo de la superficie glorifiquen lo grotesco, glorifiquen lo grotesco, arrancando la fealdad para hacerla su heroico estándar, la fealdad mi bandera, la fealdad mi bandera.

Están avisados. Ustedes están estropeados, desfigurados, escasos.

Tu desesperación es devoción desfigurada. La belleza es el enemigo. La aceptación de la fealdad es la redención de la vanidad. No hay belleza, sólo fealdad. No hay glamour, sólo raspones horribles. Todo el romance desfigurado. Todas las mañanas monstruosas. Oh belleza, nuestro enemigo. Ellos son los elegidos a los que las cosas grotescas les darán placer.

Verborrea genocida, casi asintiendo. La fealdad es una forma de genialidad.

¿Puedes escucharme ahí fuera?, ¿puedes escucharme ahí fuera? Me acuerdo de esa.

OK bien, ahí está tu mensaje.


Tomado de la música para los gatos por gracia de H. B.

3.4.09

Please wake up

Somethin’ filled up
my heart with nothin’,
someone told me not to cry.

But now that I’m older,
my heart’s colder,
and I can see that it’s a lie.

Children wake up,
hold your mistake up,
before they turn the summer into dust.

If the children don’t grow up,
our bodies get bigger but our hearts get torn up.
We’re just a million little god’s causin rain storms turnin’ every good thing to rust.

I guess we’ll just have to adjust.

With my lighnin’ bolts a glowin’
I can see where I am goin’ to be
when the reaper he reaches and touches my hand.

With my lighnin’ bolts a glowin’
I can see where I am goin’
With my lighnin’ bolts a glowin’
I can see where I am go-goin’

You better look out below!


Tomado del funeral.

30.3.09

Cuaresma & carne

All you people are vampires.
Arctic monkeys.

Rodrigo se levantó esa mañana extrañado al encontrarse con una sensación de frescura que no correspondía con la situación. Se espabila y observa entre lagañas todas las negativas que ha recibido en los últimos días, unas tras otra; le interesa comprender por qué no las esquiva y cómo las filtra. Un peso ajeno se le va acomodando en medio de su ser, es estorboso, convenenciero y maleducado. No va a maldecir, lo ha prometido. Tiene que dejar, o por lo menos controlar a la diversión garantizada. Ahora que la garantía se ha roto, poco a poco va dejando de resultarle divertido el conjunto de eventos que atraviesa por decisión propia, casi propia.

–Ánimo. –Se dice a sí mismo comprendiendo que de nada sirven esos pensamientos mediocres.

La balanza ha aplicado su principio y en medio del desierto capturó con la mirada una parvada de aves negras que iban volando en formación hacia sus resguardos nocturnos. El cielo expulsaba colores naranjas sobre el filo del horizonte. Fue feliz por estar ahí y trató de estirar esa felicidad hacia el siguiente día con resultados deplorables.

–Pero tú tienes novio. –Preguntaba tratando de entender. –¿Y tú qué? –Fue la misma respuesta con tono de reproche que le devolvían una y otra vez, como si lo obligaran a no tener novio ni amantes por decenas. Era como si Rodrigo no entendiese que tenía que mantenerse al margen. En su mundo todos hacen lo correcto menos él. Entonces Rodrigo va a prender los motores y no le dirá nada a nadie, tiene miedo de los resultados pero la experiencia le dice que pase lo que pase será lo mejor, por que de hecho no hay opciones, esto no es un buffet. Por lo menos ahora ya no se fija en la postura de que nadie lo entiende, eso dejó de importarle hace mucho, la verdad es que ni él mismo se entiende. Sólo busca una isla de tranquilidad, posiblemente también un poco de compañía. Rodrigo busca que ese tipo deje de buscarlo entre la gente con la mirada, que haya una distancia sana y bienintencionada; porque para que Rodrigo se incomode se necesitan más que miradas y competencia de cumbias en la pista de baile.

–Voy a tapar esta vulnerabilidad de alguna forma, aunque lo que quede tapado por dentro se pudra. Ese ya no será mi problema. –Lo piensa con decisión, sin meditar en las consecuencias. Está harto, abiertamente harto. La ciudad se hace pequeña a su alrededor, es momento de buscar otros círculos. –Hay más, siempre hay más. –Y con ese sólo pensamiento Rodrigo por fin alcanza una calma intranquila. Su cuerpo huele a otros cuerpos y hay un asco adorable en ese aroma revuelto. –Esta bien, que las hormigas sigan su formación al nido, como borregos, allá ellas. Estúpidas. –Maldijo, y como siempre termina haciendo lo que prometió no hacer.


Tomado del silencio y la falta.

26.3.09

Hasta el día



I made a river from my front door to yours
I built myself a raft with my living room doors
But when I set sail to find you
I never reached your shore

I gave you my new sweater, so you would be warm
To protect you from the winds of the mighty winter storm
And though I was nearly freezing
I didn't really mind

And even though she'll never need me
I will save my love for her
Til the day when she discovers that my love won't fade away
Til the day

I gave you flowers, so everyone would see
That the light behind your eyes, is the light that shines on me
But you never gave them water
So they withered to the ground

I am so tired, I don't know what to do
Should I curse the dreaded day in which I fell in love with you?
No, I think its worth the loneliness
Just to see your face

And even though she'll never need me
I will save my love for her
Til the day when she discovers that my love won't fade away
Til the day


Tomado de This is Ivy league.

Así no

Have you see me crying tears like diamonds?
Passion pit.

¡A ver!, no, de esta forma no por favor. Abogo en la medida de mis posibilidades en intercambiar las lágrimas por lo que sea pero que no incomode. No se puede estar más pendejo y que alguien venga y me diga lo contrario, pago de inmediato. Blanco, varonil; las dos con b y v. Tengo algún derecho en ser, así, perdón por existir. Ni si quiera soy yo, tengo el salvoconducto a mano, fue el mezcal. Antes, cuando la vida se preocupaba por mí, había señales que me advertían cómo proceder pero no alcanzo a ser tan inteligente hoy por hoy. Ahora pura bajada y sin frenos. Toda la mierda confundida sin saber a dónde ir y yo con la mejor sonrisa expuesta diciéndole: "¡Hey!, aquí, sí, sí, aquí." 

Me la trago. Sabe horrible. Y en medio de todo estoy ejerciendo un control del cual ya quisiera verlos en mi situación y con tan ejemplar dominio del procedimiento del no voy a romper en llanto, son sólo fluidos, todos los conocen, allá también hay objetos y si los voltearan a ver estaríamos más cómodos. Todos. El aniquilamiento disfrazado de reencuentro. La puerta azotada. El mensaje hiriente. Un calvario existiendo en todos los trescientos sesenta grados de mi alrededor y no hay rastros de verdadera sangre. ¡Qué farza! ¿Quién me devuelve mi dinero?



Tomado de un plato de segunda mesa sucio y sin comida.


[Las segundas partes y su continua reflexión en el qué pasó]

Give me a little bit serious love.
Antony and the Johnsons.

Ni idea de dónde pero voy a conseguir el poder que se necesita para hacer que el tarot y/o la magía obren cielos claros en los demás amaneceres. Puede que se me acabe el poder, lo tengo previsto. De aquí hasta donde quisiera estar ni es tan lejos, voy a soltar insectos a que me guíen, igual ellos saben llegar más rápido.


No hay todo esto: humildad, paciencia, sobriedad, entendimiento, comunicación, culpa, culpables, tanto amor, poco tiempo, mucho sinsentido, la realidad ahí plantada, una tela flotando en el aire, transacciones, irreverencia, comprensión que brote de las dos partes, cooperación mutua, apoyo. Es más, ni si quiera hay amistad, un beso tierno, algo que valga la pena destacar, ahondar más, perforaciones en lugares equivocados.

El error mismo, demostrado. Nunca puedo llorar, no tengo pasaporte vigente para ir a ese lugar. No me dan permiso, no se acepta, no es correcto porque es polítcamente incorrecto y te jodes mijito. La ley jugando a que se cumple, a que se paga el precio, y sí, no hay que adornarlo tanto, el desprecio también se refrenda. La vigencia del amor. Necesito explicaciones y nunca van a llegar, llegan otras cosas, fuertes, imprevistas es la idea.


Tomado también de: "un, dos, tres por mí y por todos mis amigos".

24.3.09

Arranco

If I could do just one near perfect thing, I'd be happy.
Belle & Sebastian.

Las aportaciones al hígado le van llegando entre burbujas y perlas negras flotando invertidas en vodka, más el abundante güisqui y un cierre de cerveza refrescante. Un paso para adelante que parece amplio. La pista de baile cerca del amanecer y el baile hacia adentro, haciendo centro entre tambaleo y bamboleo. Los jugos gástricos enfrascados en disolverle el menudo. La química de la digestión atareada, mezclando al alcohol adentro de su flujo sanguíneo y el mar como si nada, soltando olas y mojando cangrejos tiernos. Rodrigo pensó, –hay que perder el coche para tratar de encontrarlo, ¿qué importa si de paso no podemos encontrarnos ni a nosotros mismos? Hay una fórmula en esto, la tengo aquí en pleno proceso de disección entre los alfileres que sostienen su piel mientras la estiran y abren más el tajo por donde saco a los órganos y dreno la sangre entre mis dedos . –Seguía a sus pensamientos un poco rezagado, apenado por su retrazo y de algún lado brotaba la cuerda para seguir con más. –Funciono cada vez menos, pero con mayor torpeza; hay mérito en eso, faltaba más. –Pensaba con una furia tímida. –Brillo. Sí, de mí sale una luz recta y no es como en la Biblia, no hay mucho para aleccionar a la humanidad en la historia difusa que le sucede a personas que acampan y llevan cierta música por dentro que los mantiene desprotegidos; es por eso que la gente cuando les habla se quedan con un grado de mudez altivo encaminado a terminar por intrigarlos, diría que de más. –Hasta ahí podía seguir manteniéndose en pie y comandando ideas, Rodrigo no parecía en realidad tan ebrio. Una noche de cohetes comparada con otra noche de globos aerostáticos en fila subiendo entre las estrellas, otra noche con otro tipo de explosiones y encima otra noche con un reloj de arena dejando pasar a los granos más rápido por el embudo; todas las noches seguidas casi en hilera de días gloriosos, y también gozosos. No quedan segundos atrapados en el pensamiento para recorrer ese ruedo de sangre cuando hay tantas palmeras haciendo sonidos por autoría del aire que mueve sus palmas; como las sinfonías primeras de los franceses en dúo electrónico perfecto. Way up in the air.

En un acto reflejo Rodrigo dio un brinco en el momento exacto en que pensó, –si Ricky Martin llegó a la verdad, es correcto vivir la vida loca. –No le daba risa pensar así, de alguna forma él se tomaba muy en serio sus pensamientos, sabía que en realidad ellos eran su verdadera compañía y que de ellos la felicidad o la tristeza podrían gotear o mandar ejércitos enfurecidos a zarandearlo en una calma espantosa como tortura bien pensada a su vida, esa vida abandonada a su suerte. Entonces cuando sus ideas empezaban a atropellarse gracias al propio ego que cada una de ellas también posee, Rodrigo tenia dominada la técnica de girar sin moverse, soltar un poco más de personalidad en un porte rebelde y socialmente aceptado, con gracia natural, casi espontáneamente; era algo intangible marinado en algún circo calibrado en el buen gusto. La forma de proceder está asegurada y hasta respaldada por el contenido. Rodrigo podía seguir brillando hasta bien entrada la madrugada, a pocos pasos de la alberca, ensimismado en un mundo creado a su medida por él mismo. Pedante sin saberlo. Iban dejando de ser necesarios los sarcasmos y ya todo se resolvía con diminutos berrinches que en realidad eran tan innecesarios como inútiles. Había que mantener un orden, una continuidad en lo que ahora le tocaba experimentar para conectar sus últimos, digamos, 9 años de vida.

El año 2000 con tres ceros y un dos como el equipo que promueve un nuevo milenio, era como tener un vida sin rasguños lista para ser liberada de su plástico protector y esperar a que durara mucho tiempo intacta, pero Rodrigo pronto la agarró y se juró experimentar a fondo con la bondad enrollada en telas de dudosos estampados tejidas con enredos y ansia. Nunca fue fácil tomar decisiones, incluso antes de que arrancara el nuevo milenio. Cerró los ojos dejando brotar una esperanza auténtica, como todo lo auténtico que fue coleccionando con la paciencia de los contadores que no precisan de una vida en sociedad. Ya no son 3 ni 5 los años de mutaciones imperceptibles, ahora Rodrigo carga con la inestabilidad de un planeta azul flotando entero para él, atado a los hemisferios de su engreído cerebro. Se esfuerza sin dolor, sus canas en la barba tienen algo que decir pero astutamente Rodrigo calla, aprieta la boca firme y sus ojos se van sobre las cosas en un primer instante con delicadeza, para después fijarse hasta romper amorosamente el núcleo interno de la cosa observada. Rodrigo no sabe tocar sin hacer daño, él mismo se ha llenado de heridas con su propia mirada en los espejos, heridas que sana con descargas binarias. Sabe que llegó el momento de levantar un castillo de adobe para ir a vomitar sus tesoros internos y resguardarlos en una codicia triangular estable. Si hay curiosos merodeando tendrán que pagar el ingreso para entrar a ver las despostilladas joyas regadas en el salón principal del castillo, Rodrigo no ha decidido si les advertirá sobre los perros mudos que los esperan agazapados en los pasillos que llevan a los aposentos. –Hay que defender a la libertad, al libre albedrío, a la justicia ciega, al poder de decisión, a la curiosidad y a los bastones. Contra la soledad estéril, contra la pérdida total de las buenas intenciones, contra la vigilia en plena guerra. –Se exalta a sí mismo y luego se va tranquilizando con un sueño prefabricado de relaciones perfectas, de abismos cerrados en diálogos fuera del mensajero electrónico. No quiere ceder, Rodrigo ni si quiera puede ceder. No sabe. No conoce nada más allá de su terquedad obstinada.

Se concentra con una fuerza que parece extraterrestre y medita en absoluta discreción, –no hay lágrimas, ya no hay lazos rotos, no hay eventos familiares insoportables. Todo se esta invertido como nebulosas que emergen de la eternidad y las cosas suceden de otra forma, de una forma casi nueva, casi disfrutable, casi como entrometiéndose en mi vida con una sonrisa opaca como tarjeta de presentación irrevocable. –Tengo que estar atento, no puedo sentarme y sólo soportar al calor. La gran esperanza es el cambio, alguien me lo dijo o le leí en algún lado; de cualquier forma tengo que encontrar la clave para demostrarlo. –La respiración le subía agitada, sí, había vuelto a abrir las llaves del entusiasmo moderado. –I’m gonna be good. I’m gonna be fine. I’m gonna be loved. I’m gonna be happy. –Cerró las entradas, apretó los párpados, tomó todo el aire que pudo y Rodrigo, en medio de una sencillez absoluta, empezó a sentir una felicidad muy débil.


Tomado del nacimiento de Rodrigo; de ti y de mí y de todos los que conocemos.

Finísimosh



Sólo para que te quede claro, estaba dispuesto a negarme todo el tiempo. Pero como sé que estas pensando en mí ahora, puedo persuadirte que lo hagas. Entonces quiero que me llames enamorado, tierno, suave; también puedes decirme cariño, ángel. Mejor llamame deseo, papito, chongo, caballo, hipódrifo y delirante. Llamame loco, fresco, tímido, discreto, atento y caballero. Llamame primero. ¿Por qué no probás con anunciarte? Llamame a gritos con calentura, diciéndome sexy en egipcio. Llamame amigo, común, elegido, regalo. Llamame para inventar caprichos. Llamame con nombres falsos. Llamame Ricardo, Segismundo y petardo. Llamame para mostrarme cosas prohibidas. Llamame grosero, puerco. Llamame señor. Llamame como suzurrando al extractor secreto de tu alma. Llamame dibujando con el hilo de baba la culpa. Llamame para mostrarme cosas prohibidas. Llamame cobarde, pirata, atorrante y bucanero. Llamame gentuza. Llamame campeón, maricón y misógino. Llamame su majestad y rendidme plestesía, de la buena, la que da alegría. Despacio. Suavecito. Más despacio... Llamame dios, juez, autoridad y esclavista. Llamame diciendo sinsentidos. Llamame miserable, patán, embustero. Llamame dictador, formidable, fulano e impostor. Y si creés pertinente, llamame macho, llamame peleador.


Tomado de lo bueno que se hace en México con los del sur.

3.3.09

Lispector, Clarice

This is where I tell you I know love's what I need to work at.
Passion pit.

Se fue a la pensión; tenía un recuerdo oscuro, sucio y vago de la pensión, arrimada contra la pared, huyendo, corriendo con el corazón pálido de alivio a refugiarse en la memoria del apartamento donde por fin se instaló. Era un edificio nuevo, una estrecha caja de cemento húmedo, estrecha y alta, con ventanas cuadradas. Sí, había sido un periodo muy triste y sin palabras, sin amigos, sin nadie con quien intercambiar ideas comunes rápidas y amables. La impresión de que estaba sola en el mundo era tan seria que temía sobrepasar sus propios conocimientos, precipitarse en-qué. Sería fácil, sin nadie al lado, y sin un modelo de vida y de pensamiento por el que guiarse. Descubrió que no tenía sentido común, que no estaba armada de ningún pasado y de ningún acontecimiento que le sirviese de inicio, ella que nunca había sido práctica y que siempre había vivido improvisando sin ninguna finalidad. Nada de lo que lo que le había pasado hasta entonces ni ningún pensamiento anterior la comprometían para el futuro, su libertad crecía a cada instante, pensativa, aire frío invadiendo y barriendo un cuarto vacío. Su vida estaba hecha de ponerse un día un vestido al revés y decir con sorpresa curiosa como ante una noticia: vaya, hace tanto tiempo que no me pasaba, vaya. Quería ocuparse de pequeñas cosas que llenasen sus días, las buscaba, pero había perdido el encanto ágil de la infancia, había roto con su propio secreto. Cada vez, sin embargo, era más minuciosa. Antes de apagar un cigarro pensaba si debía. Después sentía incluso necesidad de contar eso a alguien de algún modo y no sabía como. Entonces le parecía que se tragaba el pequeño acto pero que nunca se disolvía perfectamente en su interior. Ella se trabajaba el día a día soportándolo profundamente. Una tarde, como le empezó a faltar dinero, se llevó un trozo de queso de una tienda sin pagar, sin robar; el cajero no se dio cuenta, ella colocó la presa como descuidadamente dentro del bolso rojo, salió despacio, sola en el mundo, el corazón latiéndole hueco y limpio en el pecho, una contradicción dolorosa en la cabeza, casi un pensamiento. Llegó a casa, se sentó y permaneció inmóvil durante algún tiempo. No tenía hambre. Y el poco dinero bastaría para comprar algunas cosas hasta que llegara el envío de su padre. Entonces ¿por qué había robado? Desenvolvió el pedazo de queso, empezó a morderlo lentamente. El queso era blanco, agujerado y seco, de aquellos que sólo servían para rallar y esparcir sobre los macarrones... Empezó a llorar, los labios fríos, sin inocencia. Fue a la cómoda, se miró en el espejo, vio su rostro enrojecido, ansioso y triste. Entonces volvió a llorar sin pensar en el queso, sintiéndose profundamente silenciosa, sin conseguir sacar de sí misma ni un solo pensamiento. Sentada, miraba la tetera. Su pequeña tetera en el alféizar de la ventana, brillando contra las venecianas polvorientas y opacas; en toda la salita el aire sofocante contenía el fulgor, como sucede cuando fuera hace sol y alguien se encierra en la sombra. Una silla oscura se reflejaba en la tetera, convexa, perforada, inmóvil. Virginia seguía mirándola. La tetera, la tetera. Allí estaba, brillando ciega. Queriendo salir de la muda estupefacción en que se hallaba, una de aquellas profundas meditaciones en las que a veces caía, se empujó brutalmente: di, di algo. La parecía que debía de ponerse ahora ante la tetera y resolverla. Se forzaba a mirarla profundamente pero o dejaba de mirarla como aturdida o sólo conseguía ver una tetera, una tetera ciega brillando. A través de las numerosas paredes cerradas, un reloj preso en un apartamento tocó en la salita agitando en el aire un cierto polvo. Sí, sí, pensaba en un súbito remolino de alegría, alivio y esperanza angustiada mientras balanceaba por un momento la pierna cruzada y seguía quieta. Le gustaría tratar con las personas del edificio pero sola era incapaz de acercarse a los desconocidos, y mientras tanto su aspecto se parecía cada vez más al de una solterona: un aire de buena conducta, de rechazo sereno y digno. Pero a veces se perdía y hablaba mucho, los ojos abiertos, la boca llena de saliva, sorprendida, embriagada, acongojada y con una cierta vanidad de sí misma que ya sentía ardiente de humillación. Escribía largas cartas a Daniel, a veces de un tirón rápido y sombrío. Las releía con agrado antes de mandarlas y le parecía que eran realmente inspiradas porque, aunque contasen la realidad, ella no lo había percibido en los momentos en los que la soportaba. Dudaban de que fueran sinceras porque lo que sentía nunca era tan armonioso como lo que contaba, sino sincopado y casi falso. No, no era infelicidad lo que sentía, la infelicidad era algo húmedo de lo que uno podría alimentarse días y días y encontrarle placer, la infelicidad eran las cartas. Pasó a sentir un placer vil y voluptuoso en escribirlas y como las enviaba inmediatamente después de haberlas escrito e intentaba recordarlas en vano, se le ocurrió copiarlas, así llenaba los días. Las releía y lloraba como si llorase alguien que no era ella misma. Qué insoportable era esa nueva sensación que la arrebataba ansiosa, mezquina, deleitada. Entre las cartas lo que sentía era sofocante y polvoriento, irrespirable, una ráfaga de arena y ruidos estridentes. ¿Pero era sincera cuando escribía a Daniel? No mentir, no mentir –inventaba-, aceptar las cosas como era, seca, pura, audaz; ella lo intentaba; durante algún tiempo perdía la necesidad de ser amable aunque en realidad no tuviera con quien serlo. Y cuando llegaba esa pureza árida no sabía que buscaba con seriedad las verdaderas cosas sin encontrar nada. Lo que la despertaba profundamente era en la mayoría de los casos la inutilidad de su lucidez; ¿qué hacer con el hecho de oír en el jardín a un hombre referirse a su viaje y, mirando la alianza en el dedo, percibir la tranquila clarividencia –que podía ser un error- que el debía de haber frecuentado una casa de mujeres y que continuaba tratando de negocios y de su mujer? ¿Qué hacer con eso? Ella no veía lo que necesitaba sino lo que veía. No quería obligarse a ir a pasear, al cine, pero sin obligaciones su día era vertiginosamente aspirado hacia aquel pasado desconocido y, plácida, ella se mantenía en un infeliz vacío de actos. ¿Y acaso no fue obligándose como salió una vez y se encontró con Vicente, reanudando la vaga relación tal vez para siempre? Entonces ya era fácil amar. Amar era incluso viejo, la idea se había agotado al principio de su vida en la ciudad; ella ya se sentía experimentada y tranquila por la larga meditación de la espera. Recordaba la primera noche. El cuerpo de Vicente apoyado sobre su hombro pesaba como tierra; para él nunca había sido trágico vivir. Antes ella había intentado jugar, le había pedido prestadas las gafas; en medio de todo, pensó entonces sin mirarlo, en medio de todo tiene miedo de que rompa sus gafas. Y eso le había dado una cierta resignación para el resto. ¿Con quién podría relacionarse? Con quién sino con el portero.

Tomado de “La lámpara” de C. L. y de las siguientes reflexiones: ¿Por qué voy a levantar los ánimos hasta llevarlos allá arriba donde me son incontrolables? No es necesario seguir los protocolos a menos que se trate de un sismo independiente y poderoso abriéndose paso a través de la falla de nuevo. Paso uno, tranquilidad. Paso dos, colóquese debajo de un marco que lo proteja. Paso tres, cierre los ojos y déjese llevar; es sólo la tierra temblando. Admiro tanto a Clarice Lispector, me ha enseñado que para escribir hay que saber llenar de palabras con una elegancia casi trabada algo que se podría decir en sólo dos o tres. Todo consiste en cómo llenar el espacio de la hoja, ir escarbando entre las letras y los antónimos en un ensimismamiento fino como para que se revele lo ordinario demasiado pronto al lector. Su prosa son móviles que cuelgan encerrando un movimiento real, confuso, tortuoso, placentero; un movimiento que se cuestiona a sí mismo.

20.2.09

Pacific!

I believe in you, please believe in me.
This is Ivy league.


Me voy adueñando de las cosas con una lentitud nueva, no porque lo busque sino porque las tazas mecánicas giran dentro del vértigo normal en estas situaciones. Hoy mi circunstancia es ir amarrado a la taza, todo lo que me rodea también continua variando en sus coordenadas, es como perderse en la superficie de todos los mares.

La soledad es el desperdicio de pasar todas las noches respirando el aire sobre mi cama sin poder compartirlo. Y cuando lo comparto brotan tantas fallas, se ocasiona el terremoto de la individualidad. No hay rescate.


Tomado de la prontitud, el esquema, la variación y el encanto.

11.2.09

May the force be with you

We want our film to be beautiful not realistic.
Of Montreal.

La luna se acercó veintiocho mil kilómetros a la tierra en esa noche de diciembre. Había una posada con marimba, también en diciembre hubo una cena con pato. Las noches se van intercalando con los días a través de sucesos trepidatorios. No hay Internet, malignamente el módem de casa se apagó para siempre. Un destructor sónico invadiendo las partículas de aire en mi habitación. Es la experimentación descontrolada. Han pasado tantas cosas en la historia de mis días que ni yo mismo puedo hoy por hoy controlar la memoria.

Time lap de mi cama. Las vueltas adentro de la rueda entre las sábanas. Es tan fácil darle las cosas al aire, los besos, la piel que quiere ser repasada por completo por tu lengua. Juego de posesiones, de miradas asimétricas. Penetrando. 'Ahora lo has perdido' me dices desde el descanso de la escalera con tu mirada de escapista, pero el futuro tiene sus reveses inesperados y miren, no es que me ampare en ello. Sigo flotando en la inconsciencia, en el estanque perdido donde a base de ejercicios repetitivos endurezco mis músculos. Buena cara frente a todo, frente a todos también. La mejor cara en mi espejo para mí mismo.

No voy a cuantificar los daños, ni mucho menos al desfile de olores corporales que olfateo con una persistencia animal. Sí, podría ser que algunas cosas caigan adentro de mi responsabilidad, sin embargo logro deslindarme por medio de axiomas poco estudiados. Hay una nube negra sobre nuestra alfombra. Exijo felicidad si es que viene en dosis potentes. Así como feliz de la vida me detengo las veces que sean necesarias, hasta que sea lo suficientemente sensato y me proteja. Vamos a construir un papalote para mandar a volar a todos los microbios junto con la generación de las malas ideas.

Dicen que existe una línea delgada que separa a las cosas, sin embargo nunca he podido entender si esa línea es recta o no. Quiero volver a soñar. Es tiempo de seguir para adelante. Vienes a mi casa y sentado con las piernas cruzadas sobre mi cama me dices que soy un tipo raro; y en seguida, como por arte de magia, todo lo raro en mí desaparece. 

Vivir una vida menos ordinaria fuera de las películas, con la completa pretensión de ser más.


Tomado de una tubería expuesta.

22.1.09

Huevos revueltos divorciados

Estamos tan necesitados de respuestas que hasta el modo aleatorio de un reproductor de mp3 nos deja pasmados. Sin reparar siquiera en las causas y los efectos nuestro potente cerebro se las arregla una vez más para que las respuestas cuadren. Qué bonita lógica ésta de adelantarnos al destino por medio de trucos baratos. Qué desabrido método de autoconocimiento personal. Lo falso y estúpido nos atrapa constantemente, y nosotros ahí andamos ufanos, pavoneándonos en nuestra tecnología y conocimientos demostrables. La explosión del sentimentalismo hueco se conjuga con la seguridad de que algo pasará, podemos incluso asegurar que el iPod nos ha dicho el qué, el cómo y el por qué. Sí, nos divertimos y también nos tragamos en poca o gran medida el cuento. Me intriga saber hasta qué punto, por andar prestándonos a estos juegos, estamos predeterminando al futuro y al estado anímico de nuestro presente. En lo personal sigo maravillado con la respuesta ‘Used goods – Love is all’ a la pregunta de en qué pienso cuando tengo sexo; no hubiese podido llegar a una mejor respuesta ni en cientos de años de reflexión filosófica.


Tomado del modo de repetición continua en la canción ‘I’ve got your number’ de Passion Pit.

19.1.09

iPod shit

Se enlistan las preguntas, se van contestando por medio del reproductor de mp3 en modo aleatorio. Las respuestas se obtienen al darle click en 'siguiente pista'. El resultado:

SI ALGUIEN DICE ‘TODO ESTÁ BIEN’, ¿TÚ DICES?
Wir sind nicht romantiques [No somos románticos]– Sex in Dallas

¿QUÉ DESCRIBE MEJOR TU PERSONALIDAD?
Air aid - Menomena

¿QUÉ TE GUSTA EN UNA CHICA?
Oomingmak – Cocteau Twins

¿CÓMO TE SIENTES HOY?
Marian – Nouvelle Vague

¿CUÁL ES TU PROPÓSITO EN LA VIDA?
A cherry wave from stranded youngsters - Mogwai

¿CUÁL ES TU LEMA?
Blue dress – Depeche Mode

¿QUÉ PIENSAN TUS AMIGOS DE TI?
Love is impossible – This is Ivy league

¿EN QUÉ PIENSAS MUY A MENUDO?
Raid - Madvillian

¿CUÁNTO ES 2+2?
Yesterday (Junior Boys remix) – Verve remixed 3

¿QUÉ PIENSAS DE TUS MEJORES AMIGOS?
White pepper ice cream – Cibo Matto

¿QUÉ PIENSAS DE LA PERSONA QUE TE GUSTA?
I bet you look good on the dancefloor – The arctic monkeys

¿CUÁL ES LA HISTORIA DE TU VIDA?
A summer chill – This is Ivy league

¿QUÉ QUIERES SER CUANDO CREZCAS?
[Cortinilla de radioglobal]

¿EN QUÉ PIENSAS CUANDO VES A LA PERSONA QUE TE GUSTA?
Uno – Kinder Porno

¿QUÉ PIENSAN TUS PADRES DE TI?
Rain King – Sonic Youth

¿QUÉ BAILARÁS EN TU BODA?
Total trash – Sonic Youth

¿QUÉ MÚSICA SONARÁ EN TU FUNERAL?
Tour de France - Kraftwerk

¿CUÁL ES TU PASATIEMPO?
Ricochet – Shiny toy guns

¿CUÁL ES TU MÁS GRANDE SECRETO?
Smile like you mean it – The Killers

¿QUÉ PIENSAS DE TUS AMIGOS?
Kouai - Wangtone

¿CUÁL ES LA PEOR COSA QUE PODRÍA PASAR?
Driving in the sun - Cranes

¿CÓMO MORIRÁS?
A forest – Nouvelle Vague

¿DE QUÉ ÚNICA COSA TE ARREPIENTES?
Just like heaven – The Cure

¿QUÉ TE HACE REIR?
Schöne Grüsse [Kind regards] – Thomas Fehlman

¿QUÉ TE HACE LLORAR?
Asleep on a sunbeam – Belle & Sebastian

¿TE CASARÁS ALGÚN DÍA?
Winterlight – The Autumn Defense

¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE ASUSTA?
Lightbulbs – Fujiya & Miyagi

¿LE GUSTAS A ALGUIEN?
Far away – Tricky

SI PUDIERAS RETROCEDER EL TIEMPO ¿QUÉ CAMBIARÍAS?
Did you see the words? – Animal Collective

¿QUÉ TE HIERE AHORA?
One for you – The Knife

¿CÓMO TITULARÁS ESTE POST?
Mandarine Girl – Booka Shade

¿CUÁNDO TIRAS PIENSAS EN...?
Used goods – Love is all

¿TU OBSESIÓN?
Biscuit – Portishead

¿TU BESO PERFECTO?
Bloc 4 – Antislash [qué asco ☹]

¿NO ENCUENTRAS ALGO?
Brass Monkey – Beasty Boys

¿QUE ES LO PEOR QUE TE PUEDEN HACER?
Crackagen – Anthony and the Johnsons

¿QUÉ TE CAGA?
Yin and Yan the flowerpot man – Love and Rockets

¿TE CONSIDERAS?
Bella Símanær – Björk and Gudmundur Ingólfsson trio

¿SOUNDTRACK DE TU VIDA?
Nicknames ft. Karolina Komstedt de Club 8– Pelle Carlberg

¿QUÉ TE DEPARA EL FUTURO?
Animal Lovers – Pelle Carlberg

¿ALGUN MENSAJE PARA EL MUNDO O ALGUIEN EN ESPECIAL?
Someday - Midaircondo

¿PERFECTA CANCIÓN PARA TERMINAR?
No more shoes – Stephen Malkmus

¿....SEGUNDO CHANCE PARA TERMINAR BIEN?
No way down – Air France


Tomado de la aleatoriedad de la vida misma.