25.6.09

Further into the future

Hold me up so high to touch the sky just one more time.
The cure.

Los novios del futuro se enamoran en páramos secretos lejos del amor, son demasiado cautelosos, directos, inocentes y posiblemente gracias a su inercia futurista nunca han de confiar de nuevo en eso que la mayoría asume como relaciones formales. Sus interacciones son estables por ser ligeras, tan faltas de compromisos y de barrotes; con tanto aire y bosque de por medio es imposible ahogarse. Ellos no se pertenecen el uno al otro, su responsabilidad va para consigo mismos. Confunden al sentimentalismo entre caricias tiernas que se reparten distraídos, sueltos, un poco libres, un tanto ajenos. Llenan sus horas juntos de pláticas constructivas en vez de volverse sólo cursis. Los besos que se dan son reales o difusos, cualquier cosa menos patéticos. Se permiten una comunicación transparente, carecen de juicios altivos y como anulan constantemente al verdadero amor, su sentido de pertenencia se hunde para dejarlos al fin de cuentas solos, como al principio, como si nada hubiera pasado.

Se premian los ligues con otros por medio de un abrazo fuerte, llenos de un respeto antiguo, contradiciendo todo su discurso. Ellos no saben en sí gran cosa, sólo están preocupados en inventar nuevas formas de satisfacer sus necesidades de pertenencia; su egoísmo, hedonismo y narcisismo crecen sanos, fuertes, imponentes. Y sobre todo callan sus intenciones para con el resto de sus congéneres, disfrutan de su confusión propia y de la confusión que provocan en los demás. Los novios del futuro son incomprendidos ahora, está bien, ya que ni ellos mismos pueden explicar la lógica de sus encuentros. Se arrebatan el apoyo de uno al otro como hienas frente a animales en descomposición, recelosos, con un gesto de ataque en la boca exponiendo sus dientes en señal de cautela. En esa decadencia se aman con una fórmula nueva, repetida y descentrada, visceral. Incapaces de jurarse algo se juran la nada, el vacío, el fin, la vuelta y allá en el fondo de todo vislumbran al futuro, a la muerte que los reafirma y bendice con una ironía bien presente.

Ellos no construyen juntos, sólo agendan lapsos de tiempo para verse a los ojos, prefieren mirarse sin tapujos en vez de ilusionarse con días felices, pasteles rosados, aniversarios fieles y de cualquier forma se mimetizan, pues de eso nadie escapa. Los novios del futuro destruyen el amor con más amor, con un amor de otro tipo; un meta-amor aguerrido, musculoso, escaso, volátil, extraterrestre, de súperhombres. Se lamen las heridas y procuran no hacerse nuevas. Se olvidan con una comodidad envidiable el uno del otro para darle tiempo al tiempo y esperar a que llegue otra mañana con un dejo de extrañamiento para simular una alegría en el reencuentro. Anuncian con una voz muy queda la descomposición del núcleo social y cual arpías con doctorado en falta de compasión quieren destruir todo lo establecido y correcto, se protegen con esmero, se cuidan a ratos, se descuidan después, toman todo el desorden y se lo beben de golpe, eructan groseros y alcanzan otro tipo de felicidad, una más animal y aterrizada. De esa forman aseguran en el futuro el regreso hacia lo prehistórico. Estudian juntos los motivos que mueven a las personas a unirse, a quererse. Y en esa sabiduría reciente gozan destrozando a las cosas con martillos mentales, hasta volverse locos, escapando así de la sanidad, de los manicomios sin puertas donde todos vivimos entre asustados y obedientes. Ellos son los profetas del Apocalipsis social. Los novios del futuro son tan arcaicos y obsoletos que en realidad no innovan nada. Son una burla al futuro afirmada en el pasado, son la vuelta que cierra la circunferencia, la estampida en un espacio donde no se puede correr y sólo rebotan, se estrellan, aves fénix graciosas y sumamente estúpidas, payasos descorazonados con más lágrimas pintadas que sonrisas. Niños queriendo ser adultos, enlodados en su adolescencia, como si estuvieran perdidos en un laberinto invisible y autoimpuesto.


Tomado de lo real en la ficción.

3 comentarios:

Zabioloco dijo...

quisiera una relación del pasado

álvaro dijo...

¿y una del presente?

álvaro dijo...

No necesitamos ser nada ni hacer nada para estar juntos.