20.3.10

10

El dominio del pensamiento, de la misteriosa rapidez del pensamiento, exalta al hombre por encima de todos los demás seres vivientes. Sin embargo, lo deja convertido en un extraño para sí mismo y para la enormidad del mundo.

La tristeza, eine dem Leben anklebende Taurigkeit, diez veces.


'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

19.3.10

9

[...] Vaga y retóricamente, atribuimos a ciertos actos del espíritu y a los que suponemos que son sus consecuencias –la idea científica, la obra de arte, el sistema filosófico, la proeza histórica– la etiqueta de ‘grande’. Nos referimos a ‘grandes’ pensamientos o ideas, a productos del genio intelectual, artístico o político. No menos vagamente hablamos de pensamientos ‘profundos’ en oposición a triviales o superficiales. Spionza baja al pozo de la mina; el hombre de la calle se desliza habitualmente por la banal superficie de sí mismo o del mundo. [...]

Todos vivimos dentro de una incesante corriente y magma de actos de pensamiento, pero sólo una parte muy limitada de la especie da prueba de saber pensar. Heidegger confesó lúgubremente que la humanidad en su conjunto no había salido de la prehistoria del pensamiento. Los alfabetizados cerebrales –carecemos de un término adecuado– son, en proporción con la masa de la humanidad, pocos. [...] Pero la capacidad de tener pensamientos que merezcan la pena de ser pensados, más aún, de ser expresados y conservados, es relativamente rara. No hay muchas personas que sepan pensar con una finalidad que sea original, y mucho menos que sea exigente. [...]

[...] La verdad, enseñaba el Baal Shem, está perpetuamente en el exilio. [...]

[...] No hay democracia en el genio; solamente una terrible injusticia y una carga que amenaza la vida. Están los pocos, como dijo Hölderlin, que se ven obligados a aferrar el relámpago con las manos desnudas.

Este desequilibrio, junto con sus consecuencias, el desajuste del gran pensamiento y la gran creatividad con los ideales de la justicia social, es una novena fuente de melancolía (Melancholie).


‘Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento’ de George Steiner.

18.3.10

8

[...] Como hemos observado, no contamos con ninguna manera segura de comprender los pensamientos ajenos. Una vez más, prestamos demasiada poca atención a esta enormidad. Debería de suscitar terror. [...] Ni la hipnosis, ni las técnicas psiquiátricas, ni las ‘drogas de la verdad’ pueden extraer de una manera verificable los pensamientos del otro. [...]

De aquí las inciertas relaciones entre el pensamiento y el amor. De aquí la posibilidad de que el amor entre seres pensantes sea una gracia de cierto modo milagrosa. Todos los hombres y todas las mujeres, todos los adultos y todos los niños usan lo que los lingüistas llaman ‘idiolecto’, es decir, una selección personalizada del lenguaje disponible, con fichas, connotaciones y referencias privadas, singulares, tal vez intraducibles, que los receptores en el diálogo no pueden interpretar totalmente ni con certeza. Tratamos de traducirnos unos a otros. Así pues, con frecuencia nos equivocamos un poco o mucho. [...]

Aun en momentos y actos de extremada intimidad –quizá más agudamente en esos momentos– el amante es incapaz de abrazar los pensamientos de la persona amada. [...]

Los animales con los que convivimos nos demuestran que nuestros miedos emanan un olor característico. Tal vez exista un olor a odio. Si enumeramos todos los niveles de impulso cerebral e instintivo, puede que el odio sea el más vívido y lleno de gestos mentales. Es más fuerte y más cohesivo que el amor (como intuyó Blake). Con harta frecuencia se acerca más a la verdad que ninguna otra revelación del ser. El otro tipo de experiencia mental en la cual se arranca el velo es el de la risa espontánea. En el momento en que ‘cogemos’ el chiste o vemos casualmente algo cómico, la mentalidad queda al desnudo. [...]

[...] El amor más intenso, quizá más débil que el odio, es una negociación, nunca concluyente, entre soledades.

Una octava razón para la tristeza.


'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

17.3.10

7

[...] No es que la luz procedente de remotas galaxias no llegue hasta nosotros; es que nunca llegará a nosotros, es una alegoría de nuestra soledad. ¿Qué proporción de nuestra orgullosa ciencia es también ciencia ficción, un modelo cuya única veritas demostrable es la de las matemáticas, de las matemáticas jugando a sus propios juegos ensimismados?

[...] Todos y cada uno de nosotros ha tenido la experiencia de una frustración de la consciencia, de unas barreras al entendimiento. ‘Tropezamos’, en ocasiones visceralmente, con impalpables pero rígidos muros del lenguaje. El poeta, el pensador, los maestros de la metáfora hacen arañazos en ese muro. Sin embargo, el mundo, tanto dentro como fuera de nosotros, murmura palabras que no somos capaces de distinguir. Se proclama que los ‘tonos no oídos’ son los más dulces. Cézanne atestigua con modesto enfado la incapacidad de sus ojos para penetrar la profundidad del paisaje que tiene delante. El matemático puro tiene conocimiento de los irresoluble aunque no hay ningún modo de captar con seguridad la fuente de esa imposibilidad de resolver. El pensamiento más inspirado es impotente ante la muerte, una impotencia que ha generado nuestros escenarios metafísicos y religiosos. (Volveré sobre esto). El pensamiento vela tanto como revela, probablemente mucho más.

Una séptima razón para ese Schleier der Schwermut (‘velo de la pasadumbre’).


'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

16.3.10

6

[...] Aquí, casi todo sigue estando basado en conjeturas. Pensar tiene inconmensurables consecuencias, pero la inferencia de un contínuum directo es, como enseñó Hume, indiferencial. No se puede demostrar que sea directamente causal. La gran mayoría de los actos y gestos habituales se realizan ‘sin pensar’. Se ejecutan instintivamente o a través de reflejos adquiridos.

[...] Podemos tenerlo todo abrumadoramente a nuestro favor, la inducción puede parecer casi contractual e infalible, pero esperar, tener expectativas o esperanza, es un azar. Y su única certidumbre es la muerte. [...] Un revelador vacío, una tristeza de la saciedad sigue a todos los deseos satisfechos (Goethe y Proust son los despiadados exploradores de esta accidia). El célebre abatimiento post coitum, el anhelo del cigarillo después del orgasmo, son precisamente las cosas que miden el vacío que existe entre la expectativa y la sustancia, entre la imagen fabulosa y el suceso empírico. El eros humano es pariente cercano de una tristeza hasta la muerte. [...] Tales son las fallidas correlaciones entre pensamiento y realización, entre lo concebido y las realidades de la experiencia, que no podemos ni vivir sin esperanza –como dijo Coleridge, “Trabajo sin esperanza recoge néctar en un cedazo, / Y esperanza sin un objeto no puede vivir”- ni superar el dolor y la burla que conllevan las esperanzas fallidas. ‘Esperar contra toda esperanza’ es una expresión vigorosa pero en última instancia condenatoria de la sombra que arroja el pensamiento sobre la consecuencia.

Una sexta Ursache o fuente de la tristitia.


'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Stainer.

15.3.10

5

[...] No hay quizá ninguna actividad humana más extravagante. No pensamos nuestros pensamientos excepto en los breves periodos de concentración epistemológica o psicológica. Casi en su totalidad, el incesante conjunto y suma del pensamiento pasa fugazmente, inadvertido, sin forma y sin utilidad. Satura la conciencia y muy posiblemente el subconsciente, pero se seca como una delgada lámina de agua sobre tierra abrasada.

[...]

¿Cuántos reconocimientos se desperdician en la indiferente avalancha del pensamiento desatendido, en el soliloquio no oído u oído por casualidad en la emisión cerebral de cada día y de cada noche? ¿Por qué somos incapaces de condensar, almacenar ordenadamente y con todo su potencial –como hace una batería eléctrica- el voltaje, posiblemente fructífero, generado por los insomnes arcos y sinapsis de nuestro ser mental? Es precisamente esta generación, infinitamente derrochadora y ruinosa, lo que no podemos, hasta ahora, justificar. Pero el déficit está más allá de todo cálculo.

Una quinta razón para la frustración, para ese fundamento oscuro (dunkler Grund).


‘Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento’ de George Steiner.

14.3.10

4

Los valores, lógicamente formales o existenciales, difusos o rigurosos, que van ligados a la palabra ‘verdad’ están enredados en unas coordenadas históricas, ideológicas y filosóficas, en ‘paradigmas’ fluctuantes, siempre susceptibles a ser revisados o descartados.

[...]

Cuando más feroz es la presión del pensamiento, más resistente es el lenguaje que lo recubre. El lenguaje, por decirlo así, es enemigo ideal monocromo de la verdad. [...] Los seres humanos no podían resistir sin lo que Ibsen llamó ‘las mentiras de la vida’. [...] Algunos destacados filósofos, a su vez, han intentado hacer sus expresiones lingüísticas lo más ‘matemáticas’ posible, lo más inmunes posible a la rebelde alegría del lenguaje natural. Pero, ¿cuántos Spionazas, cuántos Freges o Wittgensteins hay, y hasta qué punto han prevalecido hasta estos ascetas de la verdad? Al ponerse el sol, Sócrates cantó.

Esta fundamental antinomia entre las pretensiones que el lenguaje tiene de ser autónomo, de estar liberado del despotismo de la referencia y la razón –pretensiones que son fundamentales para la modernidad y la deconstrucción–, por una parte, y la desinteresada búsqueda de la verdad, por otra, es un cuarto motivo para la tristeza (Unzerstörliche Melancholie).


'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

13.3.10

3

Pensar es algo supremamente nuestro; se halla oculto en la más íntima privacidad de nuestro ser. Es también el más común, maniado y repetitivo de los actos. La contradicción no puede resolverse. Una tercera razón para una anklebende Traurigkeit (para una 'tristeza que se adhiere en nosotros').

'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

12.3.10

2

La gran mayoría de las veces, sin embargo, el pensamiento ordinario es una empresa chapucera y de aficionados.

Una segunda causa de unzerstörliche Melancholie (de 'melancolía indestructible').

'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

11.3.10

1

En frentes absolutamente decisivos no llegamos a ninguna respuesta satisfactoria, mucho menos concluyente, por inspirado y coherente que sea el proceso de pensamiento, ya sea individual o colectivo, ya sea filosófico o científico. Esta contradicción interna (aporia), esta destinada ambigüedad, es inherente a todos los actos de pensamiento, a todas la conceptualizaciones e intuiciones. Escuhad atentamente el tumulto del pensamiento y oiréis, en su centro inviolado, duda y frustración.

Éste es un primer motivo para el Schwermut, para la pesadumbre.

'Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento' de George Steiner.

2.3.10

C'mon

A micras de llegar a la verdad, sobre el filo de la certidumbre. Golpeas con una intensidad sorda la atmósfera que te contiene. El aire moldea tus golpes, no me distraigo con facilidad. Pasos hechos de pura costumbre como siglos que no pasan. De lo común a lo convencional en la penosa tentativa de ser inteligente. Comprimes todo lo frágil en una media vuelta de 269° típica e infantil. La tangente y la hipotenusa contra la cosecante en lodo hirviendo. Me desgasto bajo las alcantarillas pordiosero de lluvia.

Se protege, me protejo, te proteges, se protegen, nos protegemos.

Esperando al huracán clase 6, a micras del fin del mundo. C’mon Barbie, vámonos de fiesta. Cada cual por su lado, raspando lugares comunes. Leyendo la historia completa, la verdad puesta en letras. A micras de lo que no existe, neutrinos en todos lados. Neutrinos por todos lados, adentro y afuera. Neutrinos de furia, neutrinos de placer, neutrinos que adeudan.

Cierro los ojos y observo largas pistas de aviones con sus luces parpadeando en línea recta hasta el fondo en una lejanía impracticable. Luces que se convierten en ojos rojos de ratas. Es tranquilizante estar rodeado de oscuridad y ojos rojos de ratas. El imperio cae de nuevo, eso es todo, el mundo no termina. No todavía, quedan bosques, selvas y siglos que van a pasar. Sobre los bosques, las especies, las especias y las moscas. Y los ríos y todo irá a parar en el mar. Las cucarachas nada, no habrá radiación vagando en la superficie. Nubes rojas y amarillas todo el tiempo, los polos invertidos tal vez. Los polos derretidos solamente, los polos bipolares, sin magnetismo.

Tenemos muchas bodas por delante, sonrisas y. Champagne para todos. Brunch con mimosas entre jardines frente al mar. Convenios por firmar que nos hagan seres más convenientes. Cumbres con dirigentes rescatando, como perros rescatistas. Viñedos por todo el mundo, vendimias y primaveras con flores. Mujeres descalzas aplastando las uvas. Hombres con chelos, niños con flautas. Adolescentes tomando decisiones indescriptibles.

E indígenas con su hambre, que es sólo de ellos. ¿Los problemas de todos son los míos también? ¿Tuyos? Eso es lo tuyo, tómalo. Lo mío es. La definición precisa del nosotros. El peso del yo, la contraparte del tu, lo abstracto del eso. Frío desplazando su territorio, animales migratorios en marcha. Y yo aquí vivo, quisiera migrar también pero no puedo. Aquí está mi casa y mi mercado de abastos.

A micras de pedirles sinceras disculpas por existir. Por escribir, que es casi lo mismo. A escasos momentos de terminar, de pedirles dos cosas más. De pedir limosna intelectual. De volverme a callar. De hacerles ilusiones. De reírnos juntos. De acampar en siete continentes. Al mismo tiempo.

Esto no es un poesía.