2.9.07

Zig-Zag

La ironía de la historia, o, mejor dicho, su sarcasmo, ha llevado a que las ideas descabelladas de 1945 se hayan hecho en cierto modo realidad. El hecho de que los vencidos de entonces, alemanes y japonses, se sientan hoy vencedores va más allá del escándalo moral; es una desmesurada osadía política. Como es natural, nuestros dirigentes no se cansan de afirmar que entretanto nos hemos convertido en una sociedad pacífica, democrática y civil, en una palabra: en una sociedad de bien. Y lo más sorprendente de esta afirmación es que resulta cierta. Esta mutación ha convertido a los alemanes en lo que antaño cirticaban en los demás: en una nación de mercaderes. Pero esto no es exclusivo de los alemanes, pues todos los pueblos occidentales compiten con desigual éxito en imitarlos, y desde la desaparición del monopolio del poder comunista el primado de la economía también parece imponerse en la Europa del Este. Pero a medida que nuestra península vuelve a situarse en el centro de la política y del mercado mundial, está ganando terreno un eurocentrismo de nuevo cuño. En las discusiones ya emerge un lema cuya autoría puede reivindicar ni más ni menos que Joseph Goebbels: el lema de "Fortaleza Europa". Lo que entonces era un lema militar, regresa ahora como concepto económico y demográfico. Bajo estas circunstancias, una Europa opulenta haría bien recordar la Europa en ruinas, de la que tan sólo nos separan unas cuantas décadas.


Tomado del libro "Zigzag" del escritor alemán Hans Magnus Enzensberger.

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