13.3.18

El silencio

Hay un apartado (por todos conocido) en la teoría de las posibilidades donde radica la posibilidad de no contar, de no hablar, de no decir nada. Cerrarse al intercambio de ideas. Perderse en una diminuta cámara cerrada en donde nada se puede extraviar, porque esa pérdida significa que las cosas solas se consumen a sí mismas en una soledad ilocalizable.
La posibilidad de tantísimos hubieras fantásticos, ficticios y cercanamente falsos. La posibilidad de que nada sea posible ya.
En contraposición con la posibilidad de sentarse a escribir para intentar contar algo, hablar con alguien, decir lo que no se tendría que callar.
Las esferas que no se tocan, ni se tocarán. Las esferas que existen dispersas en un universo también diminuto. Una a parte de la otra, sin interceptarse, siempre ajenas, como si se ignoraran una a la otra, aunque cada una bien sabe de la existencia de la otra. La esfera del que calla. La esfera del que dice. Del que habla de más, del que no emite palabras.