24.11.20

Más allá de las nubes

Hay algunas islas del tiempo en los mares del desorden donde existen todavía unos granos que contienen verdades ciertas. Islas inalcanzables con verdades perdidas. Los recursos han sido utilizados y hasta ahora que han sido gastados vengo a entender que han sido desperdiciados. Nada es suficiente. Nada nunca ha sido suficiente para nosotros. Nada será nunca suficiente ante el hoyo negro del mundo que succiona nuestras vidas a un lugar infinitamente lejano donde todo se condensa en la punta de un alfiler. Tengo que respirar hondo, esa es la solución que de tan simple parece mentira. Mis labores de perro rescatista resultaron penosas y ambiguas para todas las partes, ahora me encuentro en situación de rescate yo mismo e intentaré no caer. Todos vamos cayendo a algún lado aunque en este mundo nos encontremos en la calle caminando, pareciera que no caemos, que estamos sobre la tierra que nos sostiene y que no existe la fuerza del hoyo negro que nos arrastra a su centro. "Hasta aquí todo va bien", dice el que va cayendo, "lo importante no es la caída, sino el aterrizaje". ¿A dónde iremos ir a caer cada uno? Y si allá abajo hay una malla de circo que nos hará rebotar por siempre, ¿qué vamos a hacer? Vamos a aprender a rebotar y ya. Hasta que la malla se rompa. Mientras damos giros en la aire tomemos un tiempo para abrazarnos, para crear simulacros que involucren sentimientos nobles pues las rocas seguirán en sus mismos lugares con sus mismos filos abajo de la malla. Los remansos de paz también seguirán en sus mismos lugares, llenos de suavidad y calma, a ver si un día caemos en ellos y descansemos, por fin descansemos un poco. Dormir y en ese estado inconsciente soñar las cosas que en vida no podremos hacer. "Tiene que haber una puerta de salida" gritaba en silencio la Señora de Jorge B. Javier cuando buscaba su dignidad. Ahora nos miraremos a los ojos con miradas furtivas, avergonzadas, tristes y desarmadas. El plan funciona, los órganos de control siguen comandando nuestra desventura y nosotros acatamos las órdenes sin poder entender que actuamos sin pensar, sin la oportunidad de modificar el rumbo. Algún día tal vez alguna persona astuta podrá invertir al sistema y empezará a caer hacia arriba, a un lugar impensable más allá de las nubes. 

No hay comentarios.: