Me dijo: "vamos al cubil." Resultó ser un reducido espacio rectangular donde apenas cabía un escritorio con todo y computadora, junto a un lavadero empotrado en la pared al fondo. Luego entendí que ese es el lugar ideal para fumar y revisar el correo, ya que está frente al cubo de las escaleras, por una parte; la otra parte que lo hace un cubil perfecto es que desde ahí se puede espiar lo que pasa en las escaleras.
Mi vida como felino.
1 comentario:
älvaro ha vuelto
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