Cuando llegó el sujetohetero a vivir al depa se la pasaba abrazando para saludar todos los días hasta que afortunadamente dicha práctica pachamama se esfumó del ambiente. No lo puedo culpar en sí, un día su mamá vino a inspeccionar el depa y también me dio un abrazo.
letrasin
- guía práctica para llegar al tlalocán -
4.12.23
Heteroinflexible
10.7.21
Paso de ti monogamia...
El increíble universo sexual y reproductivo de los heterosexuales monógamos es algo que me parece la cosa más retorcida que pueda haber. ¿Cómo es posible cumplir esas promesas que se han hecho entre ustedes y a ustedes mismos de no tener sexo con alguien más por el resto de sus vidas? Peor aún, de no enamorarse de otra persona hasta que la muerte los separe. La monogamia debería de ser una opción más. Pero no, no es una opción más, es la única opción moralmente (¿socialmente?) correcta que creo sólo funciona para muy pocas personas. Tarde o temprano la mayoría querrá que los pedos que le huelen a la pareja sean de otras intensidades. Además, tener sexo con otras personas es lo más saludable que puede haber para la líbido, con cada persona el acto sexual es único y aunque se hicieran las mismas cosas, con cada persona es diferente. De hecho, cada acto sexual, aunque sea con la misma persona, es único y diferente. Supongo que cuando sólo se tiene sexo con la misma persona por años, y años, y años; esa cosa única y diferente termina siendo una carpa de circo decadente de 3 tristes actos, y ya es mucho decir 3 actos. O un compromiso de tener que bajarle la calentura al otro. O sabrá Dior qué es eso, never been there.
Intenté sin chistar a la monogamia hace décadas, la volví a intentar unas pocas veces más después del primer intento y todos esos intentos fueron puros fiascos de principio a fin. Luego entendí que lo único que estaba tratando de hacer era tener una pareja al estilo siglo XVIII, cumplir con lo que se espera de cualquier persona normal porque si no tienes pareja, ¿qué onda?, ¿todo bien? Luego intenté la poligamia, tampoco me funcionó. Mucho después entendí que lo mejor era mantenerse lejos de esos enjuagues. Alejarme del amor romántico no fue algo de enchílame esta gorda, tenía dudas y miedos, con el miedo a la soledad encabezando la escolta; pero como siempre, la curiosidad y el saber que mi camino no era el más transitado pudieron más. Con pasos discretos, pequeños y silenciosos me salí del patio interno del amor de parejas para terminar navegando en el mar de la soledad de poder estar conmigo, a veces bien, a veces mal, como todos. Un día entendí por qué todas las relaciones de noviazgo que tuve fueron historias tan bizarras, por qué nunca pude encontrar a una persona con la cual pudiera estar siempre, simple y sencillamente porque eso nunca me interesó, ni me importó, y si lo hice, lo hice porque es lo que se espera de las personas.
No me di cuenta, por otro lado, que cada paso hacia afuera fueron pasos hacia adentro de otro lugar, un lugar del que no se sabe mucho, del que no se habla tanto. Me fui al limbo de vivir entre todos ustedes, dejando a un lado eso de tener a alguien especial en mi vida, para caminar sobre la cuerda floja de tener a tantas personas especiales en mi vida. Tampoco ha sido fácil y también han sido décadas de entender el delicado tratamiento que he tenido que ir perfeccionando para lograr estar solo y no estar solo, para no llevarme a nadie entre las patas, y sigo, hoy por hoy, sin cantar la victoria final. La batalla continúa en la guerra del amor romántico, no hay tregua para los desertores, el armamento de esa ideología de la pareja monógama supera con creces mi pobre arsenal de ideas y prácticas nuevas; sino fuera por esas pocas batallas ganadas tal vez estaría con alguien, alguien tendría que soportarme todos los días, o estaría solo en el pozo de la depresión. O peor aún, en el pozo de la depresión con alguien.
No estoy desbordando felicidad, ni estoy atrapado en la tristeza. Estoy, y ya. Midiendo mis pasos; mis silenciosos, discretos y pequeños pasos en terra incognita.
27.2.21
Rapid Eye Movement
El año de 1980 no sólo inauguró a la década de los 80s cuando todavía no había Internet ni celulares, aquella década cuando el muro de Berlín seguía en pie, y cuando el Comité Central todavía comandaba las riendas de la URSS. Fue en ese año cuando también el mundo vio nacer una de las mejores bandas que los Estados Unidos de Norteamérica nos han dado, en la Atenas de Georgia, ciudad que también nos dio, dicho sea de paso, a los B-52’s. Rapid Eye Movement, en sus siglas en inglés R.E.M., es el movimiento inconsciente en nuestros ojos que todos hacemos al soñar. (Del WikiPedia: Es una fase única del sueño de los mamíferos, algunas aves y otros animales los cuales tienen glándula pineal; caracterizado por movimientos oculares aleatorios y rápidos, tono muscular reducido en todo el cuerpo y propensión del ser a soñar vívidamente.)
Con 15 álbumes de estudio y 80 millones de copias vendidas durante toda su trayectoria, esta banda oscila en la historia de la música por el éxito de ‘Losing my Religion’ y desconocida en gran parte de todo su otro impresionante bagaje cultural. Aún menos conocida por haber creado una propuesta que llegó a innovar lo que se escuchaba en esos tiempos, y a la vez instaurar nuevas esferas en el género del rock, del post punk a una especie de rock folk, pero más precisamente estableciendo los cimientos del rock alternativo. Si hemos estado hablando y escuchando música alternativa desde los 80s se lo debemos, en gran parte, a R.E.M. ¡Creadores de un nuevo horizonte sonoro! Es una pena que casi hayan caído en el olvido canciones como ‘Leave’, ‘What's the Frequency Kenneth?’, ‘How the West Was Won and Where It Got Us’, ‘Bang and Blame’, ‘Hope’ o ‘Nightswimming’, por mencionar algunas de su larga lista de ambrosía auditiva, por llamarle de algún modo. Les pasó lo mismo a los Pet Shop Boys que son conocidos por ‘NYC Boy’ (asca de rola) más que por ‘Dreaming of the Queen’, ‘That's My Impression’ o ‘We All Feel Better in the Dark’, por mencionar tres rolas chilas de ese par. Shame on us!
A los chiquets de R.E.M. le tomó una década de creación artística llegar a ser aclamados por la crítica internacional. No fue sino hasta 1991 que se consolidaron con su álbum ‘Out of Time’. Sin embargo, en mi opinión, sus obras maestras fueron sus 4 siguientes álbumes: ‘Automatic for the People’ en 1992, ‘Monster’ en 1994, ‘New Adventures in Hi-Fi’ en 1996 y ‘Up’ en 1998. ¡Una década de luz sonora para nuestro deleite! Warner Bros los hizo parte de dicha disquera desde 1998 y con ellos se quedaron hasta su fin en 2011. Dos años antes de su último disco ‘Collapse Into Now’ (disco del cual no me gusta ni una rola…) ya habían tomado la decisión de separarse, sin embargo, aún habiendo tomado esta decisión, produjeron este último álbum para despedirse. Con 31 años de vida y habiendo hecho un parteaguas en la música de este mundo se despidieron con este mensaje: "A nuestros fans y amigos: Como R.E.M., y como amigos de toda la vida y co-conspiradores, hemos decidido dejar de funcionar como banda. Nos vamos con una gran sensación de gratitud, de finalidad, y de asombro por todo lo que hemos logrado. Para cualquiera que alguna vez se sintió tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento por escucharnos." Y no... pus chale, gracias totales a ellos por tocar nuestras fibras internas con 15 álbumes que debemos de escuchar todos, de principio a fin.
No se diga más, ahí les dejo 33 rolas bien escogidas por su servilleta, que suman 2 horas y 17 minutos con lo mejor de R.E.M.:
16.2.21
Historia de la creación for dummys
Resulta ser que el centro del planeta azul es rojo, un furioso horno con una jalea de hierro y níquel, algo de uranio y torio; básicamente una fragua revolcándose en sí misma todo el tiempo, metales derretidos que los volcanes emanan en forma de lava a mil doscientos grados centígrados, y gas compuesto de dióxido de carbono. Gas que es recogido por las nubes, precipitado a la tierra en lluvia, llevado por los ríos al mar, hasta que ese dióxido de carbono termina en los sedimentos del lecho marino. Un bichillo insignificante recoge ese CO2, se lo come y descome burbujas de oxígeno, el cual sale a la superficie de los océanos. El oxígeno no se pierde en el espacio pues la gravedad lo empuja contra la superficie del planeta creando una lámina muy delgada de aire, lo que viene siendo la atmósfera, una atmósfera de presión que a nivel del mar representa 1.03 kilogramos de aire de presión por centímetro cuadrado. En las últimas décadas el ser humano aumentó el CO2 un 60% más del que normalmente los volcanes echan en la atmósfera, entonces el sistema de enfriamiento del planeta a través de la lluvia, y el carbono de que llega la piso del mar para crear oxígeno, más el oxígeno que las plantas crean también a través del carbono en el aire (gracias la lámina de aire que se creó y que permitió a la vida salir del mar a los continentes) ya no se de abasto y he aquí lo que se viene denominando como NOW THIS IS WALL I CALL GLOBAL WARMING. Ahí les encargo sus fábricas. Si no fuera por este cooling natural system, el calor del sol nos haría a todos unos KFC, sin empanizar....
Luego entonces, ese horno en el centro de la tierra de metales hechos jalea con una gran presencia de hierro y níquel crean un campo magnético que alcanza un radio 543,700 kms alrededor de la tierra formando un escudo magnético contra la radiación solar, sin ese centro planetario de metales fundidos, los fundidos seríamos nosotros por el asesino maestro que es el Sol. La aurora boreal, es el campo magnético de la Tierra evadiendo la radiación solar, es decir, lo que la vista del ser humano capta en cuanto a la radiación solar desplazada hacia los lados por una esfera magnética que cubre la esfera material del planeta.
Pero el Sol no solo desprende radiación asesina, su luz contiene rayos ultravioletas, los cuales si llegaran directos a la faz del planeta azul, quemarían a las células de todas las formas de vida convirtiendo toda vida en un cáncer, en cuestión de segundos. El tercer escudo de la tierra es la capa de ozono. Por andar queriendo vivir con A/C en nuestros espacios cúbicos antinaturales, automóviles y demás medios de transporte, y tener nuestras neveras enfriadas con freón, le hicimos un hoyo a esa capa. El segundo escudo es el campo magnético, y el primero es el sistema de enfriamiento natural del planeta. Nosotros ya nos encargamos de malograr a los 3 escudos.
El virus somos nosotros, la cura es el Covid-19.
Mucho antes de todo este shisme del sistema que crea la atmósfera y la lacachina. Se cree que la Tierra tuvo una hermana gemela llamada Thea. Dos planetas hechos de polvo cósmico condensado en billones de años hasta que se formaron dos rocas gigantescas con centros hechos de lava. Dichas rocas existieron en órbitas destinadas a, tarde o temprano, encontrarse, órbitas cruzadas. En la teoría de los satélites existen unas órbitas llamadas cementerio, check it out! Después de un chingo de tiempo un día, La Tierra y Thea se dieron duro contra el muro, una contra la otra, una explosión que no podemos concebir más que un plano imaginario amplio, rompió a dos planetas creando, por fuerza gravitacional uno solo, nuestro planeta, con un chingo de pedacera girando alrededor. Esa Tierra bebé giraba tan rápido que el día duraba 5 horas, y fue a través de esa velocidad que la pedacera resultante del choque interplanetario hizo que se fueran juntando los escombros hasta formar a la Luna. Luna, lunera, cascabelera... La Luna a medida que fue amalgamando a la pedacera circundante, hizo que la tierra disminuyera su rotación hasta llegar a días de 24 horas, de ahí parten los 24 meridianos y las zonas horarias. Y por si todo esto fuera poco, el choque de Thea y Tierra hizo que la nuestra esfera de roca-metal quedara con su eje inclinado a 23.4 grados en referencia al eje del Sol, creando las estaciones. Mandando el verano a un polo y al mismo tiempo al invierno al otro polo. Sin esa inclinación, este planeta sería otra cosa muy diferente al que conocemos.
Este shisme sigue. La historia, nuestra historia, nuestra como una insignificante parte de un conjunto mucho más vasto y complejo que la especie humana. Somos sólo una mínima parte de algo muy grande y temporalmente cuantificado en número exponencial de miles de billones de años, donde nosotros los humanos no somos nada. No valemos ni importamos ni medio cacahuate podrido.
Entonces, después de la super colisión entre Tierra y Thea, el planeta Tierra, girando enloquecidamente a una velocidad que nos haría gomitar y salir volando al espacio, durante el proceso de miles de millones de años que llevó confección lunar, se cree teóricamente que hubo una tormenta de asteroides que llegaron ve tú a saber de dónde mergas, compuesta de glaciares acuíferos. Una tormenta interestelar de bloques de hielo inmensos bombardearon, según esta teoría, a la mayoría de los planetas del sistema solar, sin embargo, únicamente el planeta Tierra pudo conservar al agua llegada providencialmente desde los confines del universo, desde lugares insospechados hasta aquí. ¿Por qué la Tierra mantuvo su agua? Por estar en la órbita apropiada del Sol, as simple as that, ni muy lejos, ni muy cerca del Sol, NOW THIS IS WHAT I CALL LUCK. En realidad no sabemos cómo fue que nuestro planeta se convirtió de ser el un planeta rojo a uno azul. Supuestamente dichos glaciares universales fueron cayendo con estruendo en una tormenta que duró unos 100 mil años, de acuerdo a las aproximaciones científicas calculadas. La Tierra era un infierno de actividad volcánica en toda su superficie. Lava por aquí, lava por allá… Mágicamente a base de hielazos, que al ir cayendo sobre la lava, el hielo se derritió de inmediato, y durante 100 mil años de bombas de agua congelada, se logró que poco a poco las cuencas oceánicas existiesen, o sea los mares, no estoy hablando del centro de rehab en Mazatlán, para gente pudiente.
Al quedar nuestro planeta cubierto de agua la actividad volcánica se redujo considerablemente enfriando la corteza terrestre. Fue así como la pangea se desmembró muy, muy lentamente hasta llegar a los 5 continentes que actualmente existen. Se establecieron en esas eras placas y fallas tectónicas, los choques y movimientos de dichas placas crearon cordilleras, sierras, montañas, valles, montes, cerros, estepas, ismos, estrechos, ensenadas, bahías, cabos, depresiones continentales, costas, playas, islas, archipiélagos, islotes, y cuanta cosa la cartografía pueda nombrar. Esta configuración presente no será para siempre así, este planeta se sigue configurando constantemente. Este planeta es un ser vivo en sí mismo.
En ese proceso de ir enfriando esta roca extraña, grandes cantidades de agua se fueron evaporando, la gravedad del planeta, en sus veloces giros formó nubes, poderosas e inmensas tormentas de una violencia jamás pensada comenzaron a azotar por todas la urbe, con rayos y centellas, truenos y relámpagos, que ninguna mitología siquiera llegó a cercanamente idear, la furia de Marte mitológica no se compara con los huracanes mega potentes que rondaron por la faz de la tierra, en el despliegue de la más grande furia incontenible en la que toda la naturaleza está cimentada. Una mezcolanza de de lava, agua, vapor y electricidad, en una licuadora esférica perdida en un rincón del supercluster de Laniakea, fue donde la vida unicelular brotó en el fondo de los océanos, prácticamente de la nada. De la misma forma en cómo prácticamente de la nada del polvo estelar nació este planeta ¿Cómo? No se sabe con certeza. ¿Por qué? Menos se sabe, ninguna cereza tenemos para explicar el por qué de esta serie de eventos fortuitos se creó este maravilloso planeta exuberante, perfectamente y al mismo tiempo, frágilmente balanceado en factores diversos y causas desconocidas. Es lo que los humanos hemos llamado, el destino de las cosas.
Toda forma de vida en este planeta se desprende de esa licuadora de energía, calor y agua. La fauna, las bacterias y virus que nos enferman y matan, las aves, reptiles, insectos, toda la flora, reino fungi, todo lo que la vida puede abarcar en lo que conocemos del universo parte el mismo punto en este lugar llamado Tierra. La vida unicelular fue produciendo, lenta y minuciosamente chingaderillas microscópicas, algunas con flagelos, otras con hilitos, otras con pincitas, otras como una maraña de hilos, y mamada y media de formas y figuras; hasta que milagrosamente un día, una de esas pendejadas unicelulares mutó dentro de sí misma, así nomás, de nuevo de la nada, se partió en dos células dentro de la misma membrana, y zaz culebra, entiende tú si puedes el gran milagro divino de la evolución de la vida. Se crean pues, en una mutación espontánea, los organismos multicelulares. De ese evento inconcebible parte el nacimiento e historia de cuanto ser vivo de cualquier tamaño y forma se pueda encontrar en el mar primero, y fuera de él después.
Miles de millones de años pasaron hasta que los peces crearon membranas, escamas, aletas, huesos, ojos, sistemas respiratorios, digestivos y motrices, y un cerebro. Miles de millones de años pasaron todavía en cantidad considerable hasta que otro día a un pez se le ocurrió salir del mar a ver qué pedo allá afuera. Los continentes para ese entonces ya tenían una atmósfera, la flora reinaba libre de toda fauna terrestre, pero los peces se apoderaron de la tierra firme, firme entre comillas, paso a paso, mutaron y mutaron, y siguen mutando, tú y yo, de hecho todos los animales fuera del mar, somos mutaciones de peces a través de la historia de la evolución de las especies. Tú y yo somos sólo dos especímenes del conjunto total de unos mamíferos muy mamones, con un cerebro bien nutrido lleno de toda clase de nutrientes por andar tragando cuanta mamada se nos cruza por el camino. Choya bien nutrida no obstante, bien pendeja. No ha habido mamífero más desarrollado en cuanto a la capacidad intelectual de un cerebro proporcionalmente hablando, el más grande y potente de todos los animales, y paradójicamente, al mismo tiempo, más mal utilizado y aprovechado.
Pues el shisme no termina aquí. Los dinosaurios fueron arrasados por la explosión de semejante pedradota, la Tierra se cubrió de un manto de gas carbónico, es como si una bomba atómica inconmensurable hubiera explotado en Yucatán. Cayó sobre el mundo una noche eterna y tóxica, y por poco todo rastro de vida se va al caño, pero no fue así, curiosamente en esta historia los que sobreviven siempre son los más pequeños e insignificantes de los seres vivos. Al armagedón de los dinosaurios sobrevivieron algunas formas de vida, fue un borrón y cuenta nueva. El planeta enterró a toda una era de seres vivos, fauna y flora, creando de esta forma mantos de petróleo y gas natural en el subsuelo. Los bichillos que quedaron se armaron de valor, y todo lo anterior sucedió de nuevo, nuevas formas de vida fueron apareciendo, hasta que en una de esas en los alrededores del Lago Victoria en África el homo sapiens, una especie frágil y minoritaria, terminó por ganar la carrera de la vida sobre sus primos los neandertales, aprendimos a hablar, a ser nómadas que poblaron al mundo, que dejaron poco a poco sus vidas nómadas, y tímidamente por ahí y por allá, civilizaciones de humanos enteras han sido creadas y destruidas, hasta el día de hoy. Así que esta historia sigue, ¿cómo y hasta cuando? No se sabe.
Así que ya dejen de andar armandola de pedo por todo, póngase Dalais, pero por sobre todo, bien truchas. Usen sus vida en algo y para algo, sean chidos y coquetones, bailen cumbias, amen sin regirse en la monogamia, rían, no roben, abracen, maten sólo en defensa propia pero nunca con fines imperialistas y por favor, dejen los privilegios del machismo y el patriarcado en el pasado, y si me hacen favor, hagamos la abolición total y definitiva de la misoginia en la que hemos construido todas y cada una de las civilizaciones habidas y existentes. Ese consejo les doy, porque Popeye el Marino soy.
Fuente: ONE STRANGE ROCK y las interpretaciones de Guni.
24.11.20
Más allá de las nubes
Hay algunas islas del tiempo en los mares del desorden donde existen todavía unos granos que contienen verdades ciertas. Islas inalcanzables con verdades perdidas. Los recursos han sido utilizados y hasta ahora que han sido gastados vengo a entender que han sido desperdiciados. Nada es suficiente. Nada nunca ha sido suficiente para nosotros. Nada será nunca suficiente ante el hoyo negro del mundo que succiona nuestras vidas a un lugar infinitamente lejano donde todo se condensa en la punta de un alfiler. Tengo que respirar hondo, esa es la solución que de tan simple parece mentira. Mis labores de perro rescatista resultaron penosas y ambiguas para todas las partes, ahora me encuentro en situación de rescate yo mismo e intentaré no caer. Todos vamos cayendo a algún lado aunque en este mundo nos encontremos en la calle caminando, pareciera que no caemos, que estamos sobre la tierra que nos sostiene y que no existe la fuerza del hoyo negro que nos arrastra a su centro. "Hasta aquí todo va bien", dice el que va cayendo, "lo importante no es la caída, sino el aterrizaje". ¿A dónde iremos ir a caer cada uno? Y si allá abajo hay una malla de circo que nos hará rebotar por siempre, ¿qué vamos a hacer? Vamos a aprender a rebotar y ya. Hasta que la malla se rompa. Mientras damos giros en la aire tomemos un tiempo para abrazarnos, para crear simulacros que involucren sentimientos nobles pues las rocas seguirán en sus mismos lugares con sus mismos filos abajo de la malla. Los remansos de paz también seguirán en sus mismos lugares, llenos de suavidad y calma, a ver si un día caemos en ellos y descansemos, por fin descansemos un poco. Dormir y en ese estado inconsciente soñar las cosas que en vida no podremos hacer. "Tiene que haber una puerta de salida" gritaba en silencio la Señora de Jorge B. Javier cuando buscaba su dignidad. Ahora nos miraremos a los ojos con miradas furtivas, avergonzadas, tristes y desarmadas. El plan funciona, los órganos de control siguen comandando nuestra desventura y nosotros acatamos las órdenes sin poder entender que actuamos sin pensar, sin la oportunidad de modificar el rumbo. Algún día tal vez alguna persona astuta podrá invertir al sistema y empezará a caer hacia arriba, a un lugar impensable más allá de las nubes.
Caminos
Siempre está el regreso a donde sea que haya que volver, y están los caminos de las cuales no habrá regreso alguno. Están los círculos que se caminan una y otra vez. Y las líneas rectas que se caminan como una flecha disparada. Los pasadizos sinuosos en cavernas obscuras que no queremos caminar. Están los riscos y las montañas que habrá que volver a escalar. Y los mares y los lagos para sumergirnos en otro ambiente que no es el usual. Siempre están las ideas zumbando por todas partes y el pensamiento atrapándolas de vez en cuando. Está la respiración para inhalar y exhalar poniendo atención precisa en el acto. Siempre está el cielo y la noche y las estrellas fijas. A veces está la cama sin tender y los platos sin lavar y el pelo sin peinar. No siempre están las ganas y por otro lado tampoco siempre está la falta de las ganas. Está el hip-hop para impulsar las ganas. Está el mundo que sigue girando y rotando con todos nuestros problemas en él. Siempre está el sol en combustión con su potente campo magnético sosteniendo a un sistema solar. Están los granos de arena en las playas. Está la satisfacción y la insatisfacción y su lucha perpetua. Siempre está el momento de estirar al cuerpo justo después de despertar y empezar otro día. Están las sociedades de abejas organizadas y en extinción. Está la orilla del pensamiento y el límite de las posibilidades. Están los lugares seguros. A veces el cuerpo está acomodado y listo. Siempre está la opción del buen humor. Y siempre hay una primera vez para todo, y una última.
6.10.20
Cambridge, UK 1993-1994
Cuando salí de la prepa, en aquella primera mitad de la década de los 90s (¡ay los 90s, qué tiempos aquellos!), era un escuincle imberbe que no sabía nada del mundo; y no es que ahora lo sepa todo, en primer lugar porque nadie puede nunca saberlo todo, y en segundo, porque por más que uno aprenda de esto y de lo otro, ya lo dijo aquél filósofo de la antigua Grecia que más se ignora entre más se sabe, en esa elocuente máxima del “yo sólo sé que no sé nada”.
Un buen día uno se da cuenta que la vida no alcanza en realidad para gran cosa, y que más nos vale ponernos al tiro con los pocos años que la esperanza de vida nos puede ofrecer, dicho sea de paso, esperanza que la pandemia del C19 ha venido a disminuir, entonces, al doble de al tiro hay que ponernos shiavissa, porque en cualquier descuido nos vamos por la coladera directos a la nada eterna, en la línea de pensamiento del finado, en acto suicida, gran pensador que fue Emil Cioran.
Me aventé 4 años de prepa porque cuando entré a la prepa se me empezó a quitar lo tímido e inseguro, le entré de lleno a la fiesta y a la disque rebeldía de la juventud por más de una década… Reprobé algo así como el 70% de las materias de primero de prepa principalmente por irme a Ajijic a rentar caballos y jugar carreras por el borde del lago. De castigo me mandaron a vivir a San Antonio Texas unos meses, regresando entré a trabajar a la panadería Goiti que abrió en Av. México y con lo que ganaba me pagué un maestro particular para que me aleccionara en ese 70% del aprendizaje que se me había ido por andar galopando. Regresé al Cervantes Costa Rica y como resultado obtuve amigos en dos generaciones en esa prepa, generaciones que me incluyen en cada una como un miembro del rebaño, duplicando así las invitaciones a los eventos importantes de cada generación. Visto desde esta perspectiva todo lo anterior no estuvo nada mal.
Mi abuela paterna, a mi hermano y a mí, en esa ideología machista, hay que decirlo (privilegio que obtuve por ser uno de los hijos hombres de su único hijo hombre), nos había dicho que terminando la prepa nos mandaría un año a estudiar inglés a cualquier país que nosotros escogieramos donde el inglés fuera la lengua oficial, y lo cumplió. No me malinterpreten al enjuiciar su juicio machista, el haber sido privilegiado con ese año en el extranjero es algo que se lo agradezco infinitamente pues me cambió radicalmente la vida.
Yo dije que me iría a Canadá porque había visto fotos de sus bosques cambiando los colores de sus follajes en algunos calendarios de esos que ponían en los talleres, abarrotes y lugares así. Mi hermano se fue a Inglaterra, bajando del avión en Londres lo deportaron porque no le creyeron que fuera mexicano. El muchacho regresó, demandó a la oficina de inmigración del Reino Unido, le reembolsaron el costo del vuelo, y se fue a París, y luego a Cambridge, muy astutamente gracias a su deportación logró andar por ‘Uruapan’ más de un año. Estando allá un día me mandó un fax, muy 90s el cotorreo I know, para decirme que yo también me fuera a Inglaterra, que a Canadá podría ir después porque no está tan lejos de México, y que la experiencia de vivir en Inglaterra nada que ver con Canadá. Como yo no sabía nada del mundo y él, no es que dominara al globo terráqueo, pero siempre fue, y a la fecha lo es, una persona mucho mejor enterada del mundo que yo, le hice caso, me fui a Cambridge un año y a la fecha nunca he pisado Canadá.
Si entrara en los detalles de ese año en Cambridge mi integridad moral como miembro de mi familia quedaría comprometida, por no decir corrompida, sin posibilidad de enmienda, así que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Algún día escribiré las memorias de ese año, prometo avisarles porque de seguro más de dos personas ya les anda por enterarse de esos shismes. Pero serán publicadas bajo seudónimo, obvi.
Un día del verano de 1993 llegué a Londres, con el examen de admisión a una universidad en Guadalajara aprobado y mi lugar de ingreso reservado para el siguiente año. Esa primera impresión de Europa para mí fue algo así como una especie de Disneylandia pero en versión ‘el viejo mundo’, me parecía estar en un sueño en un parque de diversiones bastante anormal y donde el mundo se movía de otra forma. Al cruzar las calles había que voltear para el otro lado, el inglés intermedio que había aprendido en ‘Lucita te capacita’ no me sirvió de nada, nadie se saludaba de beso ni mucho menos de abrazo, la gente casi se encueraba en los parques a tomar el sol en ese verano, todo el mundo seguía las reglas establecidas by the book en una civilidad nunca antes imaginada en mi cabeza, perdí mi cartera (porque perder carteras cuando viajo es uno de mis hobbies favoritos) en una banca en Trafalgar Square y apreció en menos de una hora en la estación de policías más cercana, el mundo se volvió un lugar gris y solemne, terminando el verano no volví a ver el sol por más de 6 meses y del otoño en adelante a las 5pm ya estaba oscuro y todo cerrado.
La intención de mi abuela era la de hacernos gente de mundo, gente que ha viajado por Europa, radicada un año en Inglaterra, expuesta al British Museum and The National Gallery, té a las 5pm, vestirse de gala en el cumpleaños de la Reina, que supiéramos decir “would you like” en vez “do you want”, que fuéramos al hipódromo, etc. Debo de admitir que con mi hermano esa intensión fue no solo cumplida, sino sobrepasada. En mi caso, algunos avances podemos discutir al respecto, sin embargo la realidad de las cosas es que no sólo a mi abuela, sino a toda mi familia, conmigo el tiro les salió por la culata.
Perdón por existir, pero yo me fui a meter también a los barrios bajos de Londres los fines de semana con mi amiga holandesa Kim a acompañarla en su intercambio comercial con la mafia y los del menudeo de las drogas, no me drogué ni con mota estando allá por puro instinto de supervivencia, nomás de ver cómo se ponía Kim me agarraba la preocupación de que no me fuera a pasar algo y estando allá, solo, nadie me iría a rescatar a ningún lado, con un océano de por medio entre mi persona y las personas que podrían ver por mí, sino me cuidaba yo a mí mismo, nadie más lo haría. Aprendí por las malas, que es de hecho la única forma de realmente aprender algo en esta vida, que tenía que organizar el dinero porque sino a veces no comería por andar en el antro ese del Equinox en Londres, con 4 pisos y en cada piso un Dj, donde de seguro me ha de haber tocado en las torna-mesas de algún piso bailar y lokear con la música de alguno de los Chemical Brothers o similares. Aprendí a cocinar, a comprar la despensa, a lavar la ropa, a robar en buena onda (onda robo hormiga), a estafar a mis compañeros japoneses para que pagaran las pedas y las cenas en los restaurantes, a ponerme hasta las manitas durante los legendarios pub crawls que tanto me gustaban, a ubicar los hostales más baratos y asquerosos en Londres, a ubicar también el “all the pizza you can eat for 3 pounds”, a comer fish & chips, y a suplir tacos con kebabs. Unas enseñanzas para la vida práctica y fiestera, que mal que bien también se le agradecen a la abuela. Y bueno, aprendí inglés del chido, en la calle más que en la escuela...
Pero el gran aprendizaje que obtuve allá, del cual ni enterado estuve de haberlo aprendido hasta muchos años después, fue el ver con estos ojitos verdes con amarillo, y sobre todo entender, que había otra forma de vivir la vida, otra moral, otra forma de organización entre la gente. Que allá a los 18 años todos saben que se tienen que salir de casa de los papás y empezar a valerse por sí mismos, y que nadie se lo toma mal. Subconscientemente supe que yo podía elegir qué hacer con mi vida, que la educación en la cultura latinoamericana y católica que me inculcaron en casa no eran los límites de mi mundo, ni que las colonias que colindan con la colonia Providencia en Guadalajara tampoco eran los límites del mundo como yo así lo creía hasta que estuve fuera de casa en Inglaterra por un año. Aprendí a tomar mis propias decisiones, y a hacerme cargo de ellas.
Viajé a Berlín 4 años después de que derribaron el muro y me tocó ver todavía en pie kilómetros del muro, ver la gran diferencia entre la Berlín de acá y la de allá, Potsdamer Platz eran unos pastizales baldíos y no el punto de fuga de los actuales edificios imponentes que los alemanes construyeron ahí los cuales conocí 10 años después cuando volví a esa ciudad, y me deleité en el museo del Bauhaus. Viajé a Salonica y a las Islas griegas. Viajé solo de Roma a Londres, pasando por París, sin un centavo en la bolsa, durmiendo en las estaciones de tren y robando la comida que la gente dejaba en sus platos con la rapidez de un rayo para que los meseros no me la armaran de pedo. Aprendí a maldecir en varios idiomas, y me metí a todos los grandes museos de Europa. Detesté al Vaticano en su desbordante y deslumbrante riqueza mundana, y fui al via-crusis en Roma en Semana Santa con el Papa Juan Pablo II desfilando ante nosotros, cargando una cruz. Me puse una mega peda en Barcelona, y amanecí en la Costa Azul, sin dinero, sin pasaporte, solo; regresar a Barcelona fue un acto que puede bien catalogarse dentro de las esferas y altos privilegios que se le conceden a personas con inmunidad diplomática. Fui a Palermo, a Brujas, a Edimburgo y a Arles, entre muchos otros lugares. Y nadé en el verano de 1994 en el río Cam, ante de regresar a México.
Y por fin, supe un poco más de todo lo que se puede saber de este mundo.